Cada vez que adelantamos o atrasamos la hora de nuestro reloj muchos de nosotros nos preguntamos si realmente vale la pena y si los beneficios superan a los inconvenientes. Atendiendo a la petición de nuestra lectora nº 1 vamos a aportar un poco de luz al tema 🙂
En España el cambio de hora se encuentra regulado por el Real Decreto 236/2002 de 1 de marzo, que incorpora a nuestro ordenamiento jurídico la Directiva 2000/84/CE de 19 de enero de 2001 del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión. En este decreto se estipula que en los siguientes 5 años el horario de verano empezará el último domingo de cada mes de marzo y acabará el último domingo del mes de octubre, aunque la Unión Europea ya ha dado carácter indefinido a esta costumbre.
Entre los antecedentes de este cambio horario encontramos dos que nos han llamado la atención:
A finales del siglo XVIII, el entonces embajador de Estados Unidos en París, Benjamin Franklin, observó que durante el verano, los franceses dormían por la mañana cuando el sol ya había salido y que, por la tarde, tenían que encender velas y lámparas para iluminar sus casas. Eso comportaba un absurdo gasto que se podía evitar si cambiaban los relojes una hora. Como todavía no existía la hora oficial, Franklin propuso que al cantar el gallo se dispararan salvas de cañones para despertar a la población. También recomendó un impuesto a las ventas de persianas para desincentivar su uso y evitar que la gente siguiera durmiendo una vez salido el sol. Así nació la idea del horario de verano. Los franceses no implementaron las recomendaciones de Franklin y el despilfarro de velas y cera prosiguió durante ciento cincuenta años.
Un siglo después, el constructor inglés y aficionado al golf William Willet observó que la tarde veraniega se acababa a medio partido, por lo que propuso retrasar la hora para poder disfrutar de más horas de luz al atardecer. Este sería el horario de invierno, y de nuevo, la idea fue ignorada por las autoridades.
No fue hasta la Primera Guerra Mundial cuando los alemanes implementaron el primer horario de verano con el argumento de Franklin de ahorrar energía. Y es que eran tiempos de guerra y se hacía necesario canalizar el carbón hacia actividades bélicas, y de paso, alterar el horario de los soldados para que pegaran más tiros. Unos 30 países imitaron al gigante alemán, pero todos abandonaron la idea una vez finalizado el conflicto, en 1918. El experimento fue repetido por 52 naciones durante la Segunda Guerra Mundial, pero, de nuevo, los horarios volvieron a la normalidad una vez acabada la contienda.
En España se dio por primera vez en 1918 con el objetivo principal de ahorrar carbón
Durante los siguientes años también hubo modificaciones horarias, pero no tenían continuidad anual sino que eran intermitentes. Desde 1950 a 1973 se abandonó esta práctica.
El horario de verano tal y como lo conocemos no surgió hasta los años setenta con la crisis del petróleo y la consiguiente concienciación de ahorro energético. Desde entonces, la mayoría de los países del mundo lo ha adoptado con el viejo argumento de Franklin: si la gente duerme cuando hay sol y sigue despierta cuando ya se ha puesto, se gasta energía lumínica innecesariamente. Sin embargo, siempre ha existido el mismo debate, ¿realmente interesa cambiar la hora?
Los beneficios y perjuicios del cambio de hora se han discutido desde hace tiempo. La Unión Europea llegó en 1999 a la conclusión de que era positivo el adelanto horario después de estudiar un amplio informe que encargó a la consultora Research Voor Beleid. Ésta analizó todos los documentos previos, preguntó a los expertos en los diferentes sectores afectados e investigó el tema.
En este informe se constata que fijar la hora de verano incide de forma distinta en función de la situación geográfica de los países y del tiempo de luz solar diario que tengan, es decir, no afecta de igual manera en el sur de España que en el norte de Suecia, por ejemplo. Además, se exponen argumentos positivos como que, gracias al adelanto horario, las personas podrían estar más tiempo al sol y por lo tanto, aprovecharse de sus efectos beneficiosos, como la asimilación de vitamina D, las actividades de ocio al aire libre o practicar deporte en la calle. De esta forma, y según el estudio, se reduciría el estrés y se podría combatir la vida sedentaria y la obesidad. Por estas mismas razones, se dedujo que el sector de ocio y turismo salía ganando con la adopción del horario de verano. Por otro lado, también se arguyó el beneficio psicológico en términos de seguridad que supone volver a casa cuando todavía es de día, sobre todo en las personas mayores o en los niños. Se estudió el posible efecto perjudicial de formación de ozono, que podía aumentar al exponerse los contaminantes de los coches una hora más a la luz solar. Sin embargo, se vio que las diferencias de concentración de ozono eran insignificantes y tampoco incidía de forma negativa en la agricultura.
Se llega así a una conclusión sorprendente tras revisar los estudios en los que se basó la UE para aprobar de forma indefinida el horario de verano: los informes determinan que el ahorro de energía utilizada en la iluminación con esta medida, que es la principal razón que se aduce, se encuentra sólo en torno al 0 % y el 0,5 %.
La propia Comisión Europea valora el ahorro como relativamente modesto en el año 2000, mientras que Red Eléctrica de España (REE) lo considera no relevante y su presidente, Luís Atienza, calificó en 2008 el ahorro de insignificante.
Datos a favor del ahorro también los maneja el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) que corroboran el ahorro para los consumidores, e incluso, lo incrementan en gran medida: en el sector doméstico puede representar un 5% desde final de marzo hasta final de octubre. Es decir, alrededor de 6 euros en el total de los 7 meses que dura la hora de verano en el gasto de una familia con un consumo medio (3.200 Kwh).
Con respecto a nuestra salud, muchas veces no se tiene en cuenta es que para los seres humanos y animales, el cambio de hora es una agresión al organismo, que debe reequilibrarse. En humanos, afecta de manera acusada a niños y ancianos, más apegados a su ritmo biológico. Según informes, se produce un incremento de casos de patología psiquiátrica, ansiedad, depresión, trastornos del sueño y la alimentación, falta de concentración, irritabilidad, fatiga crónica, problemas cardiovasculares y mayor incidencia de accidentes laborales y de tráfico.
Los efectos adversos son conocidos por la Comisión Nacional de Energía (CNE), que cuenta con un estudio sobre los efectos del cambio de hora, de febrero de 1997, en el que se señala que el cambio de hora generaba en las personas el denominado Síndrome General de Adaptación.
Entre las conclusiones que sacamos sobre el asunto del cambio horario es que hay pocos estudios accesibles que estime claramente el ahorro económico de este cambio, que es su principal objetivo
Otro punto es que los pocos análisis disponibles demuestran que los efectos son contradictorios, pequeños y difíciles de cuantificar.
Finalmente, también nos preguntamos como se pueden tomar decisiones que afectan a tantas personas con este tipo de estudios, muchos de ellos apoyados en premisas superadas en el tiempo. Quizás en tiempos de Franklin se podría ahorrar energía en iluminación pero hoy en día la mayor parte del gasto energético de las familias proviene de la calefacción y la refrigeración. En concreto, durante verano utilizamos más el aire acondicionado por las tardes que por las mañanas, por lo que el horario de verano comporta un mayor uso de energía de refrigeración. Es fácil deducir que el gasto debido a un mayor uso del aire acondicionado es superior al ahorro lumínico de aprovechar la luz solar, por lo que, a grandes rasgos, el efecto final es un mayor gasto energético.
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el horario de verano muy poco tiene que ver con las ofertas de verano o las oportunidades de verano que se dan alrededor de algunos negocios o establecimientos comerciales. Ojo
este tema me es de gran importancia pero, me gustaría aclararan otra duda que resulto en mí, si no hay bases tan sustentadas que respalden satisfactoriamente el uso del horario de verano. ¿cual es la ganancia que obtienen los diferentes grupos que apoyan su utilidad ? de antemano muchas gracias……. saludos..
Gracias por tu comentario!!
Nosotros no detectamos grupos de presión claros detrás de mantener este tipo de medidas. No creemos que los lobbys energéticos saquen mucho provecho de este tipo de medidas polémicas: el ahorro es bajo pero tampoco ha lugar a un mayor consumo …
Simplemente la costumbre mantiene el cambio horario, disfrazado de ahorro, y apoyado por informes cuestionados y cuestionables.
Esperemos que tome fuerza la ineficacia de esta medida, se hagan públicos todos los informes al respecto, y primero la Unión Europea, y después España, abandonen esta inercia que dudamos que beneficie claramente a alguien.
Saludos,
-Ricardo
El cambio de hora afecta poco al organismo y al ahorro de energía
Los ciudadanos de la Unión Europea (UE) deberán retrasar los relojes una hora la madrugada de este domingo 30 de octubre, a fin de adaptarse al horario de inverno, establecido para optimizar la iluminación solar y ahorrar energía. A las 3.00 horas de la madrugada, los relojes deberán atrasarse hasta los 2.00 horas.
Una Directiva europea de 2001 obliga a todos los estados miembros a cambiar de horario dos veces al año, en el último domingo de marzo y de octubre.
Las autoridades de la UE decidieron homogeneizar el cambio de horario porque hasta esa fecha cada Estado lo llevaba a cabo cuando le parecía más oportuno, creando problemas en el transporte entre países, especialmente en el sistema ferroviario.
El ahorro energético mediante un menor consumo en iluminación es el principal objetivo de esta medida, que se empezó a generalizar en el mundo a partir de 1974, tras la primera crisis del petróleo. Europa lanzó la primera directiva al respecto en 1981 y la fue cambiando cada cuatro años, hasta que en 2001 decidió que la medida tenía validez por tiempo indefinido.
El cambio horario cuenta con detractores, que consideran que tiene efectos perjudiciales para la salud humana y animal y puede provocar trastornos del sueño. Un informe publicado por la Comisión Europea en 2007 asegura, sin embargo, que produce un impacto positivo en áreas como la agricultura o la hostelería y ciertos ahorros energéticos.
Los expertos creen que el cambio de hora tiene efectos «casi imperceptibles» en el organismo. Pero también son mínimos los ahorros energéticos que se consiguen. Éste es menor que el que se consigue aislando bien las ventanas de la casas para que no pierdan calor.
«Adelantar el reloj una hora tiene un efecto mínimo y sin ningún tipo de consecuencias para la inmensa parte de la población», ha asegurado el director del Instituto de Investigaciones del Sueño, Diego García-Borreguero.
Así, ha precisado que la mayoría de la población se adaptará al nuevo horario en «uno, a lo sumo dos días», y algo más en el caso de los niños más pequeños y los ancianos, porque las estructuras cerebrales encargadas de regular el ciclo sueño-vigilia «son algo menos flexibles».
También el investigador del CSIC en el Instituto Cajal de Neurociencia Ricardo Martínez-Murillo afirma que un cambio horario de «una simple hora no supone grandes cambios que determinen alteraciones perceptibles ni en la salud ni en la productividad» de las personas.
Así, para la mayoría de las personas, el adelanto horario sólo supondrá un «ligero desfase» en los ciclos de sueño y vigilia que podrían durar un par de días.
Por eso los cambios se hacen en fin de semana, «para que no haya excusas el lunes», ha bromeado.
Ahorro de energía
En cuanto al aspecto energético del cambio horario, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha detallado que el potencial de ahorro en iluminación puede llegar a ser del 5%, siempre y cuando vaya acompañado de un «comportamiento racional» y el uso de «tecnologías de ahorro en iluminación».
Este organismo, que depende del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, también calcula que instalar burletes en puertas y ventanas «ahorra entre un 5% y un 10% de energía», casi el doble que el cambio horario.
El IDAE calcula que el ahorro energético de los meses pasados con el horario adelantado «de verano» podría llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, «90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de seis euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria».
Estos cálculos son meramente orientativos ya que el IDAE no los ha modificado desde hace casi una década y no contemplan ni los sucesivos aumentos en las tarifas de la luz, ni el aumento de un 20% en el número de hogares en los últimos años.
Además, el IDAE subraya que se trata de cifras «potenciales» ya que, para alcanzarlas sería necesario llevar a cabo un «comportamiento racional» en el hogar, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación en edificios comerciales y en industrias.
En el mismo comunicado, el IDAE ofrece algunos consejos para ahorrar energía en la calefacción entre los que destaca el de «instalar burletes y adhesivos en puertas y ventanas» para ahorrar «entre un 5% y un 10% de energía».
Otros consejos del organismo oficial son apagar la calefacción por la noche o cuando se va a estar fuera de casa más de un día, y poner dobles ventanas o doble acristalamiento, con lo que se ahorra hasta un 20% de energía.
El «cambio de hora» se aplica en toda la UE y es una medida de aplicación indefinida desde 2001 por «entenderse que el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo», ha explicado el ministerio.
España, Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Holanda, Hungría, Italia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y Suecia se situarán a una hora de diferencia respecto al horario GMT, es decir, en GMT+1.
El Reino Unido, Irlanda y Portugal, así como las españolas islas Canarias, que cuentan siempre con una hora menos que la de Europa central y Occidental, se colocarán justo en el horario GMT, mientras que Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía retrasarán la hora a GMT+2.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/28/ciencia/1319815105.html
Horario de verano – horario de invierno
Este domingo volvemos a la estúpida costumbre de cambio de horario del de verano al de invierno, que ni siquiera es el horario solar.
…
Hemos organizado una sociedad basada en la disipación inútil de energía, y queremos quedar bien, y decir que cuidamos nuestro planeta con gestos que son esencialmente neutros o incluso que aumentan (poco, pero aumentan) ese consumo energético.
Podemos, sin el menor problema, ‘pasar’ del cambio de hora.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/clima/2011/10/28/horario-de-verano-horario-de-invierno.html
El papanatismo español de adaptarnos a Europa mediante la asimilación horaria es de chiste.
No tiene ningún sentido que nuestros horarios se adapten a los de Berlín, en la lejana Europa centro-oriental. Y en verano, la situación resulta de lo más cómico: En Galicia, puedes leer con luz natural, ¡a las 10 de la noche!
Para que luego digan que los españoles no madrugamos. Que se lo pregunten a un trabajador de los astilleros de Vigo en junio.
Saludos,
Javier
El cambio de hora, un supuesto ahorro que no convence a todos
Dos veces al año, los europeos estamos obligados a adelantar y atrasar los relojes para gastar menos en iluminación. La idoneidad del cambio de hora está avalada por varios estudios de la Comisión Europea, y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) estima que, solo en España, puede ahorrar hasta 300 millones de euros. Sin embargo, son muchas las organizaciones que cuestionan su eficacia. ¿Sirve realmente para algo que movamos las agujas del reloj?
El cambio de horario, tal como hoy lo conocemos, se remonta al año 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo. Entonces, algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar. Poco después, en 1981, se aplicaba ya como directiva en toda la UE.
Según el real decreto que transpone en España esta norma comunitaria, el horario de verano comienza el último domingo de marzo de cada año, a las dos de la madrugada. En ese momento, la hora oficial española se adelanta 60 minutos, por lo que ese día tiene una duración oficial de 23 horas. Ese periodo termina a las tres de la madrugada del último domingo de octubre, hora en la que los relojes se retrasan 60 minutos. Ese día (que en 2012 será el 28 de octubre) tiene, por lo tanto, una duración oficial de 25 horas.
Sin embargo, la idea no es nueva. La decisión de adelantar la hora oficial durante los meses con más horas de luz se ha adoptado en varias ocasiones en España desde las primeras décadas del siglo XX.
La primera norma publicada al respecto se remonta a abril de 1918, cuando se modificó la hora oficial “como medio de conseguir el ahorro de carbón”. Posteriormente, se aprobó el horario de verano mediante órdenes del Consejo de ministros. Tenía una vigencia anual, pero su frecuencia era irregular e intermitente, hasta que en el periodo comprendido entre 1950 y 1973 esta práctica fue abandonada por completo.
HASTA 300 MILLONES DE EUROS
Según un estudio realizado por la Comisión Europea en 1999, esta medida tiene impactos positivos sobre el ahorro y beneficia a sectores como el transporte y las comunicaciones, a la seguridad vial, las condiciones de trabajo, la salud, el turismo y el ocio.
Pero, ¿en qué medida nos ayuda a ahorrar? Según el IDAE, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en España puede llegar a representar un cinco por ciento de nuestro consumo eléctrico, lo que equivale a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponden al potencial de los hogares, y suponen unos seis euros por hogar. Los 210 millones de euros restantes se ahorran en los edificios del sector servicios y en la industria.
Sin embargo, no son pocas las organizaciones que cuestionan las supuestas bondades de esta medida. Una de ellas es WWF, ONG ecologista que considera que el cambio de hora no tiene ningún impacto sobre el ahorro y la eficiencia. Servimedia ha hablado con Georgios Tragopoulos, técnico de Eficiencia Energética de esta organización.
Según este experto, “son muchos los estudios que dudan de su eficacia”. “Cuando en otoño se retrasa el reloj, las empresas y familias que madrugan necesitan una hora menos de iluminación por lo que, si son negocios de horario matutino, el ahorro existe. Sin embargo, las familias se encontrarán con que la oscuridad llega a sus casas una hora antes de lo habitual, y gastarán por la tarde esa hora de iluminación ahorrada por la mañana”, afirma.
Por otra parte, lamenta que “tampoco dejan de gastar las empresas y oficinas que trabajan después de las seis de la tarde”. “Además”, añade, “muchos comercios abren a las diez de la mañana, por lo que no habrán ahorrado y requerirán una hora más de gasto por la tarde. A ellos, el cambio de hora les perjudica”.
Tragopoulos denuncia que “la única razón por la que se mantiene el cambio de hora es la inercia” y cree que mover las agujas del reloj “distrae de políticas más serias”. Por eso, apuesta por “cambios que hagan ahorrar todo el año”, como obligar a “rehabilitar energéticamente” los edificios.
Según calcula WWF, la rehabilitación de 400.000 viviendas al año hasta 2050 evitaría la emisión a la atmósfera de ocho millones de toneladas de CO2 y crearía 150.000 empleos hasta 2020. “Por un lado, combatiríamos el cambio climático y, por otro, crearíamos puestos de trabajo en un sector como el de la construcción, tan deprimido en este momento”, concluye.
Greenpeace, por su parte, ve “razonable” el cambio horario porque “contribuye al ahorro energético”, pero opina que “debería hacerse mucho más”. Así, esta organización cree que habría que adoptar compromisos de obligado cumplimiento e incluir los “costes reales” de la producción energética en los precios de la energía, “incluidos los ambientales”.
EL HORARIO DE CANARIAS, PARA TODA ESPAÑA
Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, tampoco ve con buenos ojos el cambio de horario vigente. Según ha dicho a Servimedia, el adelanto y atraso de los relojes “tiene una repercusión pequeña en materia de ahorro energético”. En su opinión, “lo importante es que España, de una vez por todas, tenga el uso del tiempo que le corresponde de acuerdo con los meridianos”.
“En el año 1897”, explica Buqueras, “Washington acogió la primera conferencia mundial sobre horarios, en la que participaron 22 países. En esa reunión, el mundo se dividió en 24 meridianos. A Europa le correspondieron dos: el que pasa por Berlín y el que pasa por Londres. Y nosotros estamos más cerca de Londres que de Berlín”, continúa.
Por eso, el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios considera que “nos corresponde el mismo meridiano y la misma hora que tienen Canarias, Portugal e Inglaterra”. “Toda España debería tener el horario de Canarias, todo el año”, insiste.
La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles aboga también por introducir ciertos “hábitos” para dejar de despilfarrar energía, “empezando por algo tan sencillo como la pausa para el café que contemplan muchas empresas”. “La pausa para el café de 20-30 minutos que se concede se acaba convirtiendo en un descanso de 45 minutos y esto, junto a la comida, va prolongando la jornada”, señala.
Por otro lado, apuesta por no dedicar más de tres cuartos de hora al almuerzo, “tiempo más que suficiente para una sana dieta mediterránea”, y sugiere una jornada laboral que finalice en torno a las 16.30-17.00 horas.
La Comisión que lidera Buqueras asegura haber demostrado que aquellas empresas que optan por unos horarios racionales “han logrado tres cosas de singular importancia: aumentar la productividad, facilitar la conciliación de la vida laboral y personal del trabajador y, por último, reducir gastos, entre ellos, los energéticos”.
CONSEJOS PARA AHORRAR TODO EL AÑO
Independientemente del cambio de hora, el IDAE recomienda hacer un uso racional de la energía y asegura que seguir determinadas pautas y hábitos nos ayudaría a ahorrar hasta 100 euros al año, “sin renunciar al confort”. Os recordamos algunos de sus consejos:
– En invierno, abrir las ventanas solo el tiempo necesario para ventilar las habitaciones. Diez minutos suelen ser suficientes.
– Apagar la calefacción por la noche y no encenderla hasta que esté la casa ventilada, a la mañana siguiente.
– Instalar, si es posible, dobles ventanas o doble acristalamiento. Este simple gesto permite ahorrar un 20 por ciento de energía.
– Sustituir las bombillas incandescentes (que, desde el 1 de septiembre, no se fabrican en la UE) por otras más eficientes. Una lámpara de bajo consumo de 11 a 15 vatios puede ahorrarnos, a lo largo de su vida, alrededor de 68 euros.
– Purgar los radiadores al menos una vez al año, ya que el aire contenido en su interior dificulta la transmisión del calor desde el agua caliente al exterior.
– Por último, el IDAE aconseja limpiar con regularidad las fuentes de luz: la suciedad acumulada dificulta su correcta difusión.
Cambio de hora: ventajas e inconvenientes
Ya han llegado de nuevo la lluvia, el viento y el frío. El otoño parece haberse instalado de manera definitiva, y a ello contribuirá aún más el cambio de hora que tendrá lugar este domingo, que alargará las horas nocturnas y acortará las diurnas. El domingo, 27 de octubre, dará comienzo el horario de invierno, cuando a las 3:00 horas se retrase el reloj 60 minutos para colocar las manecillas en las 2:00 horas. La razón esgrimida para cambiar el horario dos veces al año es el ahorro de energía, aunque el tema siempre suscita controversia. Los días serán más cortos y para muchos este es uno de sus mayores inconvenientes, pero retrasar una hora también tiene ventajas. Unos y otras se exponen en el siguiente artículo.
Más en …
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