Para intentar responder a esta sugerente y compleja pregunta, nos vamos a centrar en los datos de los que disponemos en España.
Según el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), la huella ecológica estandarizada por habitante en el año 2005, último año calculado por esta entidad, indica que cada español hace uso de 6,4 hectáreas globales (hag) de territorio productivo por año para satisfacer sus necesidades de consumo.
El factor más importante en la composición de la huella ecológica en España es el correspondiente a la huella energética, con una cuota del 68%, muy por encima del 50% que establecíamos a nivel mundial.
Es importante destacar que el componente principal de la huella energética es la producción de bienes de consumo con un 47,5%, contabilizando los consumos energéticos directos así como la energía contenida en los bienes importados.
El sector de transporte y movilidad está en segundo lugar, con una participación del 23,4% y, tras él, está la vivienda con un 11,2%
Según estos informes oficiales podemos estimar que España tiene un déficit ecológico de 4 hectáreas por persona o, lo que es lo mismo, 175 millones de hectáreas a nivel nacional.
En resumidas cuentas, y para que se vea la dimensión de la situación, anualmente la población española necesita más de 2,5 veces su territorio para poder sostener el nivel de vida y población.
Se trata de un déficit ecológico que está por encima de la media de la UE y que demuestra que España dispone de espacio sólo para proveer de alimentos y de productos forestales a la población actual, según la dieta y usos forestales existentes hoy en día, y para ningún servicio más.
Esto último implica que si lográramos evitar nuestra huella energética, España estaría cerca de la paridad entre huella ecológica y capacidad de carga, es decir, se evitaría el déficit existente en la actualidad.
Quizás la solución puedan ser lo que denominamos como buenos hábitos ecológicos, aquellos comportamientos que buscan la eficiencia en el consumo energético y en la generación de residuos, y que son hábitos que se ponen en práctica a nivel individual o familiar en el ámbito del hogar, es decir, en nuestro uso de la vivienda y en nuestro transporte cotidiano.
Para tener una idea de lo que se gasta en los hogares españoles, la huella ecológica energética se puede cifrar en 0,97 hag per cápita en el ámbito del hogar.
Una vez estimada la huella ecológica, queremos saber cuánto se puede reducir aplicando estos buenos hábitos ecológicos, entre lo que destacamos el reciclaje, el uso racional del agua, la movilidad a través de transporte público, el uso de bombillas de bajo consumo, la compra de electrodomésticos eficientes, la moderación en el uso de calefacción y aire acondicionado, así como el aislamiento de ventanas y puertas, entre otros muchos.
Estos hábitos pueden llevar, según algunos estudios, a un ahorro energético doméstico de alrededor del 9% por hogar.
Si nos atenemos a este porcentaje en lo que respecta al uso de energía eléctrica en la vivienda y a ello añadimos el ahorro energético que supondría reemplazar la movilidad en turismos particulares por el uso del autobús, cuya relación es de tres a uno (el autobús supone un consumo de combustible tres veces menor al del automóvil), tenemos que con buenos hábitos ecológicos se puede lograr una reducción de aproximadamente 0,38 hag menos en huella ecológica.
Esto representa la reducción en un 39% aproximadamente de las emisiones y la huella energética de cada persona en el ámbito del hogar, pero queda muy lejos de neutralizar la huella ecológica global, ya que sólo se ha reducido ésta de 6,4 hag a 6 hag.
Aquí os dejamos una presentación que ayuda a entender lo que es la huella ecológica:
¿Qué es la huella ecológica? de Canva Presentations
Parece que tendremos que hacer algo más que tener buenos hábitos para neutralizar nuestra huella ecológica … pero eso lo dejamos para otro artículo de ecointeligencia.
Pingback: Bitacoras.com
¿Cuánto necesitamos para vivir?
por VIRGINIA HERNÁNDEZ
¿Quién está dispuesto a prescindir de algún electrodoméstico que tenga en casa? ¿Quién se ofrece voluntario para dejar el coche en el garaje? El mundo avanza con las botas de siete leguas puestas y lo que ayer era capricho de rico hoy es necesidad de todos. Al menos en los países desarrollados. Si todos los habitantes del planeta tuviesen el estilo de vida de un estadounidense necesitaríamos cinco planetas como el nuestro.
Los cálculos son de Global Footprint Network, una organización dedicada a medir la ‘huella ecológica’ que dejamos cada humano en nuestro entorno. Un término que se refiere a la cantidad de espacio de tierra y agua que necesita la Humanidad para producir lo que consume y, a la vez, absorber las emisiones de anhídrido carbónico que genera: un habitante de EEUU precisa de 9,5 hectáreas, casi siete más que la media mundial (los españoles ‘utilizamos’ 5,7 hectáreas).
En su informe de población de 2009, la ONU ya denunció que «el cambio climático atañe a lo que consumimos, a los tipos de energía que producimos y utilizamos, a si vivimos en la ciudad o en una granja, a si estamos en un país rico o en uno pobre, a si somos jóvenes o viejos, a lo que comemos e incluso a la medida en que las mujeres y los hombres disfrutan de igualdad de derechos y oportunidades». La ciudades crecen. El consumo y la necesidad de energía se multiplican. Se genera basura (cada español, 547 kilos al año, según Eurostat) y residuos radioactivos imposibles de eliminar. Se generan gases de efecto invernadero. Y afectan a todos, vivamos de una forma o de otra.
«Un consenso que ha ido generándose, tanto en gobiernos como en empresas, es que agua, energía y alimento forman parte de un mismo sistema», explica José Miguel Guzmán, jefe de Poblacion y Desarrollo del Fondo de Poblacion de las Naciones Unidas. «El crecimiento de la poblacion y los cambios en los patrones de consumo son considerados los dos factores que más inciden en la ecuación agua-energía-alimento», añade este experto, que pone un ejemplo: el incremento de la producción de biofuel. «Con ello disminuyen las emisiones de gases invernadero proviniente del uso de derivados del petróleo. Sin embargo, se usa una gran cantidad de agua. Lo mismo ocurre con otras nuevas formas de producción energética. Así que, una mejora en la eficiencia energética es obviamente uno de los grandes desafíos».
http://www.elmundo.es/especiales/2011/10/ciencia/poblacion/desafios/energia.html
La humanidad necesitaría casi tres planetas para satisfacer sus demandas
Así, la humanidad está consumiendo actualmente los recursos naturales a una velocidad mayor de la que pueden regenerar los ecosistemas y continúa liberando más CO2 del que puede absorber la naturaleza. Además, aunque la ONU afirma que el Planeta es capaz de cubrir las necesidades de todos, la realidad es que, según la ONG, esto es imposible si continúa el ritmo de consumo de los países del hemisferio norte.
Actualmente, el consumo mundial de recursos ha superado tanto la biocapacidad, que ya se necesitan 1,5 años para regenerar los recursos utilizados sólo en el año 2007. Y mientras hay 1.000 millones de personas con sobrepeso, otros 1.000 millones sufren hambre crónica.
En su Informe Planeta Vivo 2010, WWF señala que nuestro Planeta es finito, por lo que «es imprescindible reconocer el importante papel que desempeña la naturaleza en la salud y bienestar humanos». En ese sentido, para WWF hay dos retos prioritarios, la energía y la producción de alimentos.
En cuanto a la energía, la ONG apuesta por reducir el consumo de combustibles fósiles y nucleares, mejorar la eficiencia en el uso de la energía y producir dicha energía con fuentes limpias.
Por otra parte, en la alimentación considera que «hay que cambiar la dieta y disminuir drásticamente el consumo de carne y productos lácteos». Así, señala que aunque el planeta está produciendo suficientes alimentos en la actualidad para alimentar a los 7.000 millones de personas el problema reside en la ineficiente distribución.
Por ello, la organización subraya que «es necesario garantizar un acceso y distribución equitativos de la energía, agua y alimentos entre las naciones y las personas» y recuerda que «los individuos tienen muchos retos personales por delante, incluyendo comprar más artículos producidos de forma sostenible, hacer menos viajes y comer menos carne».
No obstante, incide en que para lograrlo «hace falta», un cambio de mentalidad que atañe a los gobiernos, empresas e individuos que tienen más altos niveles de consumo. En mayo de 2012, WWF hará público el nuevo Informe Planeta Vivo, justo antes de la celebración de Río +20.
http://www.ecoticias.com/sostenibilidad/56586/la-humanidad-necesitaria-casi-tres-planetas-para-satisfacer-sus-demandas