Aunque es frecuente pensar que los hongos pueden causar daños a las plantas que cultivamos, lo cierto es que existen familias y géneros de hongos cuya presencia es beneficiosa para nuestros cultivos.
De estos organismos que podemos utilizar en nuestro provecho, destaca el hongo Trichoderma Harzianum, reconocido como beneficioso para las plantas, y ampliamente utilizado como un agente muy versátil de control biológico contra diversos patógenos vegetales.
En esencia, la trichoderma es un microorganismo asociativo multifuncional que, según la cepa, puede lograr importantes efectos bioestimulantes y de biocontrol que ayudan a las plantas.
Se trata de un género de hongos presente en prácticamente todos los suelos cultivables del mundo, relacionándose con las plantas con el fin de obtener su propio beneficio a la vez que les aporta a ellas otros efectos positivos, siendo el más destacado la protección frente al ataque de otros hongos.
El hongo Trichoderma se caracteriza por colonizar rápidamente las raíces de las plantas, alimentándose de otros hongos. También ha desarrollado numerosos mecanismos para atacar a otros hongos y a la vez mejorar el crecimiento de las raíces de las plantas.
Fruto de importantes estudios, se han localizado diferentes cepas de Trichoderma son capaces de mostrar un buen control sobre hongos patógenos, detectándose además, que las distintas cepas suelen ser más o menos eficaces en relación a los diferentes hongos perjudiciales que nos podemos encontrar.
Son muchas y variadas las situaciones en las que su aplicación nos puede resultar provechosa y, por suerte, es posible comprar el hongo Trichoderma y usarlo en grandes plantaciones agrícolas para que se beneficien nuestros cultivos.
Principalmente se utiliza en aplicaciones foliares, tratamiento de semillas y suelo para el control de diversas enfermedades producidas por hongos, para la fabricación de enzimas y como fungicida.
En relación a este último uso, resaltar que es muy común su utilización como fungicida específico, ya que es considerado responsable con el entorno por su especificación, debido a que su efecto sobre los humanos, sobre la vida silvestre, sobre los polinizadores y sobre muchos otros insectos beneficiosos es muy reducido o casi nulo.
A diferencia de los pesticidas, la aplicación del hongo Trichoderma no deja residuos en la tierra, actúa como un componente natural del suelo y respeta las características y propiedades de los cultivos comestibles.
Con respecto a las ventajas que nos aporta la utilización de Trichoderma en nuestros cultivos, destacamos las siguientes:
- Permite el control biológico de enfermedades provocadas por micosis radicales o en hojas y frutos.
- Proporciona mejoras en las raíces y una mayor profundidad de enraizamiento.
- Induce a una mayor resistencia sistémica en la planta.
- Ayuda al crecimiento de la planta.
- Mejora de la solubilización y absorción de nutrientes por parte de la planta.
Todo esto hace que Trichoderma sea un microorganismo cuya presencia sea importante en nuestros suelos y cultivos, pudiéndose combinar con otros tratamientos y métodos de control para mantener nuestros cultivos sanos y productivos.
En resumen, la aplicación del hongo Trichoderma en nuestros cultivos representa un oportunidad con un alto potencial para la implantación de productos que nos ayuden al desarrollo de una agricultura cada día más responsable, con una alta capacidad productiva y con menos repercusiones hacia el medio ambiente.