La revolución que prometían las energías renovables ya es una realidad (1)

La transición hacia modelo energético sostenible e inclusivo consiste en que millones de consumidores puedan participar en él generando su propia energía mediante sistemas asequibles de captación, baterías de almacenamiento, aplicaciones TIC inteligentes y agregadores que les faciliten la gestión de la demanda y su participación en el mercado eléctrico.

El objetivo de esta transición energética consiste en alcanzar un mínimo consumo de energía, con fuentes renovables autóctonas y sin emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

En la actualidad estamos en una buena posición para abordar la transición energética ya el este nuevo modelo energético sostenible e inclusivo ha demostrado ya ser más eficiente y rentable que el modelo convencional extractivo y lineal.

Mientras que en el modelo energético anterior los costes son crecientes, en este nuevo modelo distribuido se observa una tendencia de costes decrecientes debido al margen de mejora que proporcionan las distintas innovaciones tecnológicas.

Recordemos algunas de las principales cuestiones que han acelerado que las promesas de las renovables sean ya una realidad:

• El desarrollo del almacenamiento de energía hace innecesario el concepto de energía de respaldo para la integración masiva de renovables.
• El incremento del precio de la tonelada de CO2 está acelerando la pérdida de valor de las fuentes de energía convencionales.
• Los consumidores no están dispuestos de asumir tanto los costes del CO2, que deberían pagar los contaminadores, como los costes de seguridad que suponen tecnologías como la nuclear.
• La electromovilidad está demostrando ser un aliado en la gestión de la energías en las redes modernas (smart grids) alimentadas por renovables.

Sin embargo, se puede apreciar que el retraso en las tecnologías energéticas que impulsan la transición energética, como la eficiencia energética, la energía eólica y solar, la bioenergía, el autoconsumo y el almacenamiento, puede explicar en cierta medida el elevado precio de la electricidad.

La promesa de las renovables radica en que están llamadas a desconectar la demanda energética y las emisiones de CO2 del crecimiento económico y de los precios de las energías fósiles

Así, la oportunidad de combinar estas tecnologías (que son complementarias) va a dar lugar a nuevos modelos basados en la electrificación de la demanda, que será satisfecha con energías renovables y sistemas de almacenamiento.

Para comprender mejor el alcance de la revolución que supone la suma de renovables y almacenamiento, vamos a repasar unos conceptos.

El primero de ellos es lo que se conoce como almacenamiento híbrido y que se basa en sistemas que recogen la energía producida de distintas fuentes renovables complementarias, como suele ser el caso de la solar y de la eólica. 

Esto permitiría lograr un equilibro entre la energía generada por el sol durante el día y por el viento, que suele ser más fuerte por la noche. En función de las condiciones de hora y ubicación, un sistema híbrido puede mejorar la alimentación, la estabilidad en red y la capacidad.

Estos planteamientos de generación de energía híbrida permiten la integración de uno o más activos de producción de energía renovable con los sistemas de almacenamiento.

El concepto híbrido también alude a las distintas tecnologías de almacenamiento, pudiéndose utilizar sistemas mixtos formados por conjuntos de baterías, almacenamiento de calor en sales o piedras, aire comprimido o elevación de agua.

El segundo concepto es el de almacenamiento flexible, instalado junto al consumo, con aplicaciones inteligentes, conectado a la autogeneración renovable y a la carga del vehículo eléctrico y la calefacción.

Su desarrollo va a transformar el actual sistema energético, solucionando cuestiones como la intermitencia de las renovables o la recarga de gran número de vehículos eléctricos, permitiendo reducir costes a la red y generar ahorros por medio de la gestión inteligente de la demanda en tiempo real en cada centro de consumo.

También nos gustaría recordar el importante papel que va a tener la bioenergía para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones por ser decisiva en la gestión de residuos.

El uso de biomasa y la capacidad de transformar en metano nuestros desperdicios enlazan adecuadamente con el concepto de economía circular, siendo buenas alternativas para abandonar los actuales sistemas de calefacción o de movilidad basados en combustibles fósiles.

Para finalizar el repaso de conceptos nos queda el de electrificación beneficiosa. Su definición viene de la mano del Electric Power Research Institute (EPRI), proponiendo que la sustitución de los combustibles fósiles por electricidad renovable en nuestros edificios y  transporte nos llevará a aumentar la flexibilidad de la red a través de la gestión de la demanda, reduciendo consiguientemente costes, contaminación y emisiones.

La clave de la electrificación beneficiosa es la alta eficiencia en los usos de la electricidad para desplazar, reducir la demanda energética y ajustar en tiempo real la oferta y demanda de energía en cada centro de consumo.

Las oportunidades son múltiples, desde el diseño de tarifas eléctricas para optimizar la demanda a costes más bajos, generación distribuida, aplicaciones y contadores inteligentes con funciones de eficiencia energética, agregadores, hasta el concepto de edificio de consumo de energía casi nulo.

En nuestra próxima entrega vamos a tratar lo que supone para la revolución de las energías renovables la simbiosis entre almacenamiento y electromovilidad.

Y tu, ¿sigues pensando que las energías renovables tienen todavía mucho que demostrar?