La contaminación del aire y el cambio climático son unas de las mayores amenazas ambientales para nuestra salud y causan alrededor de 7 millones de muertes evitables al año, según datos de la OMS.
Ésta misma, ha publicado hace aproximadamente unos 9 meses nuevas directrices mundiales sobre la calidad del aire, que aportan pruebas claras del daño que la contaminación del aire inflige a la salud humana y advierte que la superación de los nuevos niveles se asocia a riesgos significativos para la salud.
La polución es un riesgo ambiental importante para la salud pública a nivel global. Al reducir los niveles de contaminación del aire, se pueden reducir los accidentes cerebrovasculares, enfermedades del corazón, cáncer de pulmón, neumonía, asma y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.
Es importante tener una buena calidad de aire tanto en el exterior como en el interior de la vivienda. La calidad exterior no solo depende de nosotros, por lo que todos debemos arrimar el hombro. Pero, la calidad interior de nuestra vivienda sí la podemos controlar nosotros mismos mediante una medición de calidad del aire cada cierto tiempo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la calidad del aire interior constituye uno de los principales riesgos para la salud de las personas y se estima que mueren unas 5000 personas al día debido a la mala calidad de aire interior en los países industrializados.
Es importante considerar que el 30% de los edificios podría sufrir el Síndrome del edificio enfermo, acentuando la importancia de tomar medidas al respecto.
La contaminación del aire está destruyendo nuestra salud
Entre todas las sustancias consideradas contaminantes, las partículas en suspensión de un diámetro inferior a 10 y 2,5 micras (conocidas como PM10 y PM2,5, respectivamente) son de las más peligrosas para la salud.
Ambas son, según la OMS, capaces de penetrar profundamente en los pulmones y, en caso de las más finas, llegar al torrente sanguíneo, afectando al sistema respiratorio y cardiovascular, así como a algunos órganos.
La exposición tanto a corto como a largo plazo a este tipo de contaminantes, provenientes del tráfico, la industria, las emisiones domésticas o las fuentes naturales (como, por ejemplo, el polvo africano), se relaciona con “un aumento de afecciones respiratorias y cardiovasculares, como el agravamiento del asma y los síntomas respiratorios, un incremento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y respiratorias y por cáncer de pulmón”.
La exposición a estas sustancias también puede afectar al desarrollo pulmonar y neurológico en niños. Está asociada a resultados adversos relacionados con el embarazo como el bajo peso al nacer, el parto prematuro y el nacimiento de recién nacidos pequeños para su edad gestacional, el desarrollo neurológico en niños o enfermedades crónicas como la diabetes.
Otro de los principales contaminantes del aire es el grupo de óxidos de nitrógeno, especialmente el óxido nítrico y el dióxido de nitrógeno, procedentes de las emisiones del tráfico terrestre, aéreo y marítimo, así como de la industria.
Pueden causar inflamación de las vías respiratorias a corto plazo y, la exposición a largo plazo se asocia con un aumento de los síntomas de bronquitis en niños.
El ozono, un gas incoloro e invisible presente en la estratosfera de forma natural y responsable de protegernos de las radiaciones ultravioletas, se relaciona con problemas del aparato respiratorio cuando aumenta su presencia en la troposfera.
Por todo ello, la OMS ha marcado nuevas directrices sobre la calidad del aire que aprovechamos para contarte a continuación.
Nuevas directrices de la OMS sobre la calidad del aire
Las últimas recomendaciones fueron publicadas en 2005. Ahora, más de 15 años después han actualizado las directrices y han añadido nuevas recomendaciones más restrictivas que las de entonces.
Pretenden servir como referencia en la formulación de políticas y legislaciones encaminadas a reducir los niveles de contaminantes en el aire para disminuir así la carga de morbilidad resultante de la exposición a la contaminación mundial.
La OMS se ha basado en el incremento de la calidad y la cantidad de pruebas que demuestran cómo afecta la contaminación del aire a distintos aspectos de la salud y su efecto perjudicial incluso en concentraciones inferiores a las consideradas con anterioridad.
Como ves, la calidad de nuestro aire juega un papel muy importante en nuestra salud.