La creciente conciencia sobre la sostenibilidad de nuestro estilo de vida nos lleva a replantearnos la movilidad, tanto a nivel de las mercancías y bienes que utilizamos como a nivel personal, por motivos profesionales o de ocio.
El pasado 2022 ha sido un año donde se ha consolidado la nueva normalidad postpandemia en muchos ámbitos, y el de la movilidad, uno de los más afectados por las restricciones, no ha sido una excepción.
A continuación, os mostramos una serie de tendencias que protagonizarán el sector de la movilidad, del transporte y de los viajes en este 2023:
1. Aceleración de la transición energética
Actualmente nos vemos inmersos en una crisis energética que, además de las dificultades que produce, también genera una serie de oportunidades como puede ser impulsar la tan necesaria transición energética, el gran camino de transformación de nuestra manera de generar y consumir energía.
Para avanzar en el objetivo común de la neutralidad climática, uno de los ámbitos de actuación más relevantes es el sector de la movilidad, el cual presenta grandes oportunidades.
Como sector que consume grandes cantidades de energía, apostar por soluciones de transporte sostenible tiene repercusiones positivas: una planificación municipal basada en un mejor transporte público e intermodal son acciones que potenciarán este cambio hacia un escenario más racional y centrado en las personas.
Como complemento de la mejora del transporte público, también se prevén incrementos en los servicios de movilidad compartida, como son los coches compartidos o el aumento del modelo de vehículos bajo suscripción.
Este tipo de servicios están alineados e integrados con una política de fomento de la movilidad sostenible y que, por lo tanto, complementan la oferta del servicio de transporte público de cada ciudad.
2. Protagonismo de la sostenibilidad
La sostenibilidad seguirá marcando la forma en la que nos movemos en nuestro día a día.
La innovación tecnológica y el impulso de las energías renovables serán clave, pero lo más importante es el cambio de mentalidad de las personas y su preocupación por la sostenibilidad.
En Europa, la mayor parte de los núcleos urbanos muestran índices de contaminación preocupantes, como se observa en el mapa europeo de calidad del aire de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Así, fomentar el uso del transporte público, facilitando un desplazamiento más ágil y ecoeficiente, movernos de forma más limpia, en bicicleta o en vehículos eléctricos, son acciones indispensables para poner freno a la contaminación.
En definitiva, la creación de ciudades sostenibles y una correcta planificación urbana son la apuesta para conseguir los objetivos en sostenibilidad.
3. Descarbonización del sector de la automoción
Todas las estrategias a nivel europeo están centradas en conseguir la neutralidad climática con horizonte 2050.
En los próximos años tomarán cada vez más importancia aspectos como el cambio de vehículos basados en combustibles fósiles a otros libres de emisiones, como pueden ser los eléctricos.
La introducción de zonas de bajas emisiones para minimizar el uso del vehículo privado, el impulso del uso de la bicicleta y el asentamiento de la micromovilidad, como es el caso de los patinetes, serán las principales acciones que se llevarán a cabo desde los municipios.
Desde la perspectiva tecnológica, y gracias a la movilidad eléctrica, es posible abordar la descarbonización del transporte motorizado.
En definitiva, los progresos tecnológicos permitirán avanzar en la electrificación del transporte tanto de personas como de mercancías.
4. La apuesta por la transformación digital
Innovar en el sector de la movilidad pasa por ofrecer más servicios digitales y que se adapten a las necesidades personales de cada persona usuaria.
La transformación digital es una de las tendencias más relevantes y que tendrá mayor impacto en la movilidad urbana y en su planificación.
Gracias a los avances tecnológicos, la persona usuaria podrá tener acceso a cualquier servicio de movilidad desde un dispositivo digital (MaaS) que le permita planificar, reservar, pagar y viajar en diversos medios (tren, taxi, moto o patinete) para llegar a donde se desee de la forma más económica, rápida y sostenible.
El auge del teletrabajo, la lucha contra el cambio climático y el rápido crecimiento del precio de los carburantes hace necesario que surjan nuevas necesidades de movilidad.
5. Movilidad centrada en las personas
La movilidad en las ciudades ha ido evolucionando constantemente y debe seguir haciéndolo, si bien tradicionalmente desde las Administraciones Públicas se centraba el foco en el tráfico, ahora el objetivo principal son las personas.
Es decir, de focalizarse en la optimización de la capacidad viaria y la velocidad de los vehículos con las infraestructuras, se ha pasado a poner el foco en cómo hacer las ciudades más habitables y con mayor calidad de vida.
Situar a la ciudadanía en el centro de la movilidad da lugar a que el objetivo sea el de garantizar la accesibilidad universal, la perspectiva de género y tener en cuenta temas como la equidad para que ningún grupo de población pueda quedar excluido del sistema de movilidad.
6. Priorizar los desplazamientos en medios de bajas emisiones
Partiendo de las propuestas del movimiento Slow podemos aplicarlas a nuestro estilo de vida, por ejemplo, priorizando la elección del tren en detrimento del avión.
La elección del tren, por ejemplo, nos permite hacer turismo antes de llegar a tu destino recorriendo las ciudades desde las vías, además de reducir tu huella de carbono.
En 2018, el transporte representó el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Las emisiones de este sector proceden principalmente del transporte por carretera (72%), mientras que el transporte marítimo y la aviación representan el 14% y el 13% de las emisiones, respectivamente, y el ferrocarril, un 0,4% (emisiones procedentes únicamente de los trenes diésel).
Pero si viajar en avión es inevitable, mejor optar por estancias más largas, o vuelos directos antes que escalas, ya que los aviones usan la mayor parte de su combustible durante el despegue y el aterrizaje.
Además, se ha de tener en cuenta que ya se está trabajando en la creación de combustibles sostenibles por lo que una forma responsable de volar sería elegir aquellas compañías que inviertan en proyectos responsables.
También puedes contemplar otros aspectos como no imprimir tus billetes, utilizar el transporte público para llegar al aeropuerto y, reducir todo lo que puedas tu equipaje.
7. Hacer más turismo de interior
El turismo de masas afecta a las comunidades de esos populares destinos con consecuencias como verse obligados a cambiar de casa debido a las subidas de alquiler o la aparición descontrolada de alojamientos turísticos.
Por suerte, las opciones para la movilidad ejerciendo un turismo responsable son amplias y grande. Por ejemplo, en España, cada vez se ve más como el turismo ha ido evolucionando desde el tradicional de sol y playa a uno que involucra más lugares de montaña y bosque, que hasta ahora se mantenían escondidos y que ahora gozan de una actividad turística de calidad.
8. Consumir productos locales
No hace falta ser un viajero gastrónomo para saber que una de las mejores partes de viajar a otros lugares es comer, y consumir productos locales es la oportunidad perfecta para introducirte en la cultura del lugar.
Además, así apoyas al comercio local, lo que genera empleos y fortalece la economía del lugar que visitas.
Y no solo eso, si no que tu impacto en el medio ambiente será mucho menor; ya que la comida de los establecimientos locales no suele ser importada como es el caso de las grandes cadenas, por lo que genera muchas menos emisiones de carbono.
Y tú, ¿te animas a practicar alguna de estas tendencias de movilidad sostenible?
