Hablar a estas alturas del vehículo eléctrico y de energías renovables no es algo nuevo. El coche eléctrico surgió hace más de un siglo y las renovables ya están presentes en nuestras viviendas para autoconsumo de energía.
La presencia generalizada de sistemas alimentados por energías renovables, independientemente de su tamaño y tecnología, van a requerir medios de respaldo, que pueden ser combinados con las baterías presentes en los vehículos eléctricos y cargadores bidireccionales de nueva generación.
Esta conjunción puede convertir a los futuros millones de coches eléctricos en baterías capaces de devolver a la red parte de su energía cuando ésta la necesite.
Recuerda que la definición de vehículo privado es ese bien a disposición de nuestra movilidad que está parado 23 horas del día y, con suerte, funciona una
Según informes, el automóvil privado está de media el 97% de su vida aparcado, ya sea durante la noche cuando descansamos, o por la mañana cuando trabajamos.
En este tiempo de inactividad se puede recargar nuestro vehículo o emplearlo como respaldo de la red eléctrica, dando soporte a generación de energías renovables y rentabilizando la adquisición de este tipo de vehículos.
Se estima que ya en 2023, con 100 millones de vehículos con esta tecnología en las carreteras y en los garajes, a nivel mundial se dispondrá de una enorme red de almacenamiento de energía eléctrica y este hecho es clave en la tan necesaria transición energética que estamos abordando.
A medida que de más y más consumidores se pasen al vehículo eléctrico, las redes inteligentes (smart grids) tendrán que estar preparadas para gestionar el aumento de la demanda de energía.
Las estaciones de carga inteligentes y las tecnologías de vehículo a red (en inglés, Vehicle-to-Grid, V2G) podrán comunicarse con la red y ajustar la velocidad y el tiempo de carga en función de la demanda.
Por su parte, las tecnologías V2G permitirán a los vehículos eléctricos almacenar energía y devolverla a la red durante los periodos de máxima demanda, actuando como sistemas de almacenamiento y proporcionar una serie de servicios de flexibilidad.
Como extensión del esto aparecen lo que se conoce como tecnología Vehicle-to-Everything (V2X), que permite a los vehículos eléctricos prestar servicios de flexibilidad más allá de la red, por ejemplo, a hogares y empresas, mientras que la tecnología V2G les permite prestar servicios de red directamente.
Estos servicios incluyen la optimización local, la respuesta explícita a la demanda y servicios auxiliares para los operadores de transmisión.
Con el desarrollo e implantación de los cargadores bidireccionales en hogares y empresas, se empezará a dar forma a lo que se denomina red de energía transactiva, es decir, una red en la que se gestiona el intercambio de energía dentro de un sistema existente y lo hace más eficiente.
Esto abre un escenario en el que quienes tengan automóviles eléctricos podrán comerciar con energía, muy probablemente procedente de sus instalaciones de renovables.
Así, por ejemplo, las comunidades energéticas podrán combinar la energía de los vehículos de sus miembros para salvaguardar el suministro eléctrico de su ámbito de cobertura, reduciendo drásticamente los costes energéticos del colectivo.
Actualmente ya existen proyectos piloto en el que vehículos eléctricos conectados en redes empezarán a tomar decisiones semiautónomas sobre la venta de energía a la red principal cuando esta la necesite.
Esto da paso al planteamiento de nuevos modelos de negocio basados en estas nuevas capacidades para almacenar y vender energía a tanto a empresas como hogares, o a otros dispositivos, como los de micromovilidad o los de navegación acuática.
En resumen, gran cantidad de personas ecointeligentes dispondrán de sus propias minicentrales eléctricas, que les ayudarán a librarse de un modelo energético centralizado, contaminante y obsoleto.
Por tanto, el vehículo privado no sólo se dedica a la movilidad personal del propietario, sino que integra en una red inteligente de energía que es aprovechada por un gran número de personas.