Nuestras decisiones en materia de consumo repercuten, no sólo en el presente sino en el modo de vida de las generaciones futuras, de ahí que sea imprescindible que nuestro consumo sea responsable y sostenible.
Recordemos que la noción de consumo responsable se refiere a una conducta consistente en la inclusión de criterios éticos, sociales o ambientales a la hora de comprar y consumir productos.
La aplicación de esta conducta por parte de los consumidores debe desarrollar unos patrones de consumo que incorporen el impacto social y ambiental a nuestras preferencias y criterios de decisión de compra.
Como sabemos, llevar un estilo de vida sostenible es crucial para nuestra persistencia en el Planeta y llegar a él requiere de una educación en sostenibilidad que promueva una ciudadanía responsable y luche contra los efectos de los hábitos y estilos de consumo, basados principalmente en el modelo lineal imperante.
Aunque actualmente nuestro Planeta aporta todo aquello que necesitamos, nuestros hábitos de consumo desaforado generan una situación insostenible
Debemos ser conscientes de que los recursos naturales son limitados y que los consumimos a un ritmo más rápido del que necesita la Tierra para poder volver a generarlos.
Sin embargo, es fácil pasar a la acción e incluir una serie de pautas consumo responsable que nos pongan en línea de alcanzar el tan ansiado estilo de vida sostenible. Algunas de ellas son las siguientes:
- Reducir lo máximo posible el consumo de bienes y servicios y adecuarlo a nuestras necesidades reales.
- Cuidar los bienes adquiridos para que duren más tiempo y sean menos veces sustituidos.
- Priorizar la adquisición y uso de productos y servicios responsables, interpretando el incipiente etiquetado sostenible.
- Reutilizar como alternativa a una nueva compra.
- Preferir productos con poco embalaje, equipamiento de bajo consumo energético, alimentos locales y de temporada
- Optar por una movilidad activa y de bajas emisiones
- Reducir el desperdicio de alimentos
En este sentido cuando estamos fuera de casa y entrando ya en materia, en el trabajo, puedes iniciar este camino proponiendo algún cambio para que el día a día pueda ser más sostenible. Por ejemplo, poner una cafetera de grano o unos filtros para el agua del grifo.
En el colegio, puedes proponer a la asociación de familias o al profesorado que se haga alguna actividad sobre reutilización, que es un paso anterior al reciclaje. Por ejemplo, organizar un intercambio o pequeño mercadillo de botellas, tarteras, mochilas, estuches, juguetes, ropa o cualquier otro accesorio escolar.
Además ¿qué podemos hacer? Aquí tienes unos consejos ecointeligentes:
1. Evita pedir comida para llevar en el trabajo cuando sea posible y así evitarás también los envases asociados
¡Ten siempre preparado tu propio kit reutilizable: botella, tarteras y cubiertos!
2. Para la merienda del colegio siempre que puedas huye de los productos envasados
¡Será mucho más sano!
3. Prepara los zumos, la leche con cacao o los batidos en casa y llévalos en una botella reutilizable de pequeño tamaño.
4. Los bocadillos y sándwiches pueden ir directamente en una tartera, en bolsitas de tela para bocadillos o envueltos en papel de cera de abeja reutilizable.
No es necesario envolverlos en film de plástico o aluminio. ¡Hay muchas alternativas!
En nuestra próxima entrega trataremos de la reducción de plástico cuando vamos a la compra.
Si te interesa este tema puedes consultar el informe denominada Guía para la reducción de plásticos, publicada por Greenpeace, y disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.
