La transición a una economía sostenible y responsable con el entorno va a requerir de acciones urgentes de todas las partes de la sociedad y, en especial, en las empresas, teniendo que proporcionar los gobiernos los incentivos y las condiciones adecuadas, y los consumidores, apoyar el movimiento mediante sus decisiones de compra.
Así, las empresas tienen que apostar de manera decidida por rediseñar sus procesos para minimizar la extracción de materias primas, reducir la generación de residuos, extender la vida útil de los productos y desarrollar modelos de responsabilidad extendida del productor, donde los fabricantes asuman la gestión de los residuos que generan los productos que ponen en el mercado.
Para poder abordar los retos a los que se enfrentan en la transición hacia la sostenibilidad es necesario que las estrategias empresariales adquieran un enfoque más sistémico, colaborativo y disruptivo.
Estos conceptos ecointeligentes pueden ayudar a que nuestras empresas sean sostenibles:
1. Diseño sostenible
Recordemos que diseño sostenible es aquella filosofía de diseño de objetos físicos o de servicios de acuerdo con las 3 vertientes (triple balance) de la sostenibilidad: económica, social y medioambiental.
De esta manera, el diseño sostenible abarca todo el ciclo de vida del producto o servicio, teniendo en cuenta otros conceptos más allá del medio ambiente, como pueden ser los derechos humanos, el desarrollo local, el comercio justo o el consumismo, siendo la responsabilidad y la ética ingredientes fundamentales.
Por su parte, lo que conocemos por ecodiseño consiste en una metodología que considera acciones orientadas a la mejora ambiental del producto o servicio en todas las etapas de su ciclo de vida, mientras que el diseño sostenible supone un paso más hacia un estilo de vida sostenible.
Y no nos podemos olvidar del diseño circular, disciplina centrada en diseñar para la economía circular, con una perspectiva regenerativa y con el objetivo de repensar desde el inicio todo el proceso de diseño para que la materia no salga del ciclo de vida de un producto o servicio, sino que vuelva al ciclo una y otra vez integrándose en el ciclo técnico (Tecnosfera) o en el ciclo biológico (Biosfera).
2. Eficiencia en el uso de materias primas y priorización de recursos regenerativos
Hablamos de minimizar la extracción de recursos vírgenes y no renovables y favorecer el uso de materiales renovables, no tóxicos y diseñados de manera sostenible para ser recuperados utilizando la menor energía posible.
3. Repensar el modelo de negocio
En la mayoría de las ocasiones no es suficiente con la mejora de procesos, productos o servicios y se requiere un cambio disruptivo en el modelo de negocio con el que opera la empresa.
Se impone, entonces, descubrir nuevas oportunidades de negocio para crear valor de una manera más sostenible. Por ejemplo, mediante la servitización las empresas pasan de vender un producto, como pueden ser fotocopiadoras o máquinas de café, a vender su servicio, alquilándolas, incluyendo un mantenimiento apropiado y haciéndose responsables de todo su ciclo de vida.
4. Ecoinnovación
Se puede decir que la ecoinnovación es el desarrollo y la aplicación de un modelo de negocio enmarcado en una estrategia, que incorpora la sostenibilidad en todas las operaciones comerciales basadas en el concepto del ciclo de vida y en cooperación con socios de toda la cadena de valor.
Esto implica un conjunto coordinado de modificaciones o nuevas soluciones a los productos, procesos, enfoque de mercado y estructura organizativa que conducen a un mejor rendimiento y a la competitividad de una empresa.
Aplicar este tipo de innovación da lugar a nuevos productos y procesos que incorporan la sostenibilidad y reducen el impacto sobre el medio ambiente.
5. Energías renovables
Para lograr la tan necesaria descarbonización de la economía, las empresas deben incorporar energías renovables, que son aquellas que se obtienen de fuentes naturales y son inagotables o con capacidad de renovación.
Respaldar una transición energética basada en fuentes renovables de energía y en la eficiencia energética es crucial para alcanzar las emisiones cero.
6. Almacenamiento de energía
El almacenamiento de energía consiste en un conjunto de métodos, sistemas y tecnologías que permiten transformar y conservar la energía para su uso posterior.
El almacenamiento de energía está creciendo en interés e importancia en la planificación y gestión de sistemas energéticos de las empresas.
Su importancia se debe a un simple concepto: el desacoplamiento entre la generación y la demanda de la energía eléctrica.
7. Consumo responsable
Entendemos por consumo responsable aquella conducta consistente en la inclusión de criterios éticos, sociales o ambientales a la hora de comprar y consumir productos.
Así, es necesario fomentar en la cadena de valor la elección de productos y servicios de menor impacto ambiental y responsables socialmente, como pueden ser la segunda mano o los productos y servicios compartidos.
8. Nuevas tecnologías
Los avances tecnológicos permiten encontrar soluciones ecoeficientes, como virtualizar y desmaterializar ciertos productos, ofrecer mantenimientos digitales, mejorar la gestión de la cadena de suministro o calcular externalidades negativas.
En especial son importantes lo que conocemos como Tecnologías Habilitadoras Digitales (THD), que son tecnologías emergentes que deben ser sostenibles y estar en sintonía con iniciativas globales, como pueden ser los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
9. Plataformas colaborativas y simbiosis industrial
Tan es muy interesante el desarrollo de estrategias empresariales y de colaboraciones entre cadenas de valor, socios y sectores para el establecimiento a gran escala de un sistema sostenible.
Permite el desarrollo conjunto de productos, el intercambio de información, resolver retos comunes o crear sistemas conjuntos de recogida.
10. Logística inversa
Consiste en gestionar el flujo de productos, materiales y recursos desde el consumidor final hasta el origen de la cadena de suministro, con el fin de maximizar su valor y minimizar su impacto ambiental.
En general, la logística inversa implica el retorno de mercancía para su reutilización, reciclado o destrucción, como pueden ser envases, embalajes, residuos peligrosos, exceso de inventario, devoluciones de clientes, productos obsoletos o inventarios estacionales.
Es importante resaltar que no hay un único camino para que las empresas realicen esta transición hacia la sostenibilidad, siendo cada organización la que tendrá que analizar sus propias circunstancias y realizar su propio plan de acción.