Con estas palabras Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, nos ha alertado de las nefastas consecuencias que están provocando los fenómenos meteorológicos extremos agravados por el calentamiento global.
Así, Guterres quiere hacer un llamamiento para evitar desastres climáticos en cascada como los que ha sufrido nuestro Planeta en los últimos años.
En una cumbre convocada por Guterres para impulsar la Agenda de Aceleración de la Acción Climática, con participación de gobernantes y otras autoridades de numerosos países, entes multilaterales, representantes empresariales y organizaciones de la sociedad civil se ha debatido sobre todo un catálogo de desgracias que afectan a millones de personas en distintas regiones del orbe.
Nos referimos a calor, sequía, incendios, inundaciones, plagas, enfermedades …
Entre estos líderes participantes destacan los de Alemania, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Francia, España, Kenia, Nepal, Pakistán, Samoa, Sudáfrica, Tuvalu y la Unión Europea, y entre los ausentes los de Estados Unidos y China (los mayores emisores de gases de efecto invernadero) y el Reino Unido, siendo curioso de éste último a la misma hora presentaba en Londres su plan para dar marcha atrás ante el cambio climático, y desmantelar gran parte de los compromisos anteriores para llegar a cero emisiones en el 2050.
Guterres advirtió que la acción climática, centrada en evitar que la temperatura del planeta en 2050 aumente más de 1,5 grados centígrados sobre el promedio de la era preindustrial (1850-1900), está quedando eclipsada por la escala del desafío, pues la humanidad se encamina a un aumento de 2,8 grados a finales de siglo.
Destacó que los activistas por el clima y el ambiente se niegan a ser silenciados, los pueblos indígenas se están movilizando para defender sus tierras ancestrales y los ejecutivos corporativos están transformando la forma en que hacen negocios.
Para evitar caer en el catastrofismo, Antonio Guterres señaló que debemos centrarnos en las soluciones climáticas y nuestra tarea es urgente pues el futuro no está solucionado, siendo posible construir un mundo de aire limpio, empleos verdes y energía limpia asequible para todos.
Guterres ha instado a todas las partes a poner en marcha ambiciosos planes sostenibles para mantener en la línea del aumento máximo de 1,5 grados fijado en el Acuerdo de París de 2015
En este sentido, pidió de nuevo el punto final para el carbón en el 2030 en los países de la OCDE y en el 2040 para los países en desarrollo. Y reclamó el fin de los subsidios a los combustibles fósiles, estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 6,5 billones de euros.
También apremió a los países industrializados a hacer plenamente operativo el Fondo de Pérdidas y Daños en la controvertida COP28 que se celebrará a partir del 30 de noviembre en Dubái, recordando que todavía no se ha alcanzado el objetivo de contribuir con 100.000 millones de dólares para constituir ayudas a los países vulnerables.
En palabras de líderes africano, los países en desarrollo no quieren caridad, sino que necesitan soluciones, reclamando la implantación global de un impuesto del carbono para financiar el mencionado fondo de pérdidas y daños. Los países africanos apoyaron recientemente por consenso esa demanda, contenida en la así llamada Declaración de Nairobi de 2019.
Como resumen, Antonio Guterres indicó a los asistentes que el futuro de la humanidad está en manos de todos y, aunque es previsible que una cumbre más no cambie el mundo, sin embargo, puede ser un punto de inflexión que genere una dinámica que termine por crear un impulso que logre vencer al cambio climático.
