Hacia un modelo urbano más circular (1)

El continuado aumento de la población ejerce una presión sin precedentes sobre los recursos naturales, y los ineficientes modelos de producción y consumo no son capaces de ofrecernos un futuro sostenible.

Para conseguir un modelo urbano circular tenemos que actuar sobre las edificaciones, los productos (y sus residuos) y la movilidad

Problemas, como el de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que fomentan el cambio climático, se han trasladado a las ciudades, a los que podemos sumar otros desafíos sociales como la exclusión y la desigualdad de oportunidades.

Esto y otras circunstancias llevaron a que, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se incorporara un reto específico para las urbes, el número 11, denominado Ciudades y Comunidades Sostenibles.

Desde 2015 estamos inmersos en la consecución de las metas de este ODS nº 11, entre las que vamos a destacar las relacionadas con la economía circular.

Para concretar mejor este análisis del desarrollo sostenible de las ciudades, nos vamos a fijar en 3 dimensiones básicas que determinan las zonas urbanas: las edificaciones, los productos (y sus residuos) y la movilidad.

En lo referente a las edificaciones y construcciones en las ciudades, se crean propuestas para mejorar el acceso por parte de los residentes urbanos (como el uso compartido), ya que no toda la población tiene las mismas capacidades económicas para adquirir bienes inmobiliarios, lo que reduce las situaciones de desigualdad tan frecuentes en las ciudades.

Asimismo, se pone énfasis en el diseño, construcción y mantenimiento de los edificios de cara a mitigar la generación de residuos y el aprovechamiento de estos.

Respecto a los productos, al igual que antes, se proponen ideas basadas en la economía circular para su diseño sostenible, también con el objetivo final de la eliminación de desechos urbanos y la transformación de estos en materias primas de nuevos productos.

A esto se suma la idea del pago por uso (servucción) en lugar del pago por producto, de tal forma que los residentes pueden utilizar el mismo producto en lugar de adquirirlo.

Para reforzar esta idea, es necesario destacar el modelo de economía circular que se propone en el Pacto Verde Europeo con respecto a los productos, el cual consiste en prolongar el tiempo de uso, apostando primeramente las fases de reutilización, renovación y reparación y, en última instancia, la transformación en materias primas.

Y, sobre la movilidad, se incluyen, por un lado, a los viandantes y la proximidad a estaciones de transporte público y, por otro, el transporte motorizado, en el que se apuesta por el uso prioritario del transporte público, una red de transporte eficiente con vehículos sostenibles y carriles bici.

Ahora vamos a continuar revisando un conjunto de ideas sobre edificación, que persiguen la transformación total de una ciudad hacia un modelo urbano más circular y que están en consonancia con todas las metas del ODS nº 11.

En cuanto a las construcciones urbanas, primeramente, es necesaria la apuesta por los llamados edificios modulares, es decir, inmuebles que permiten ser modificados interiormente para adecuarlos a las distintas necesidades que se puedan generar a lo largo del tiempo.

Uno de los modos más sencillos de llevarlo a cabo es mediante paredes móviles, gracias a las cuales se puede cambiar completamente la distribución espacial de una planta entera en cuestión de poco tiempo, para albergar, por ejemplo, desde centros de trabajo hasta hogares.

Todo esto resulta de gran utilidad hoy en día, donde el teletrabajo es ya una realidad y los empleados tienen la posibilidad de adecuar el espacio de su hogar a las necesidades laborales.

Asimismo, esta flexibilidad que ofrece este tipo de construcciones puede aprovecharse para establecer centros de trabajo inteligente (Smart Work Center) en los que empleados de distintas empresas pueden trabajar y reunirse, reduciendo el coste de mantenimiento para las propias compañías y el gobierno de la urbe o región.

Como otra iniciativa y complementando a la anterior, cabe utilizar el ya mencionado Modelado de Información de Construcción (Building Information Modeling, BIM), que permite conocer la historia de los edificios, es decir, ofrece información sobre el uso de cada uno de los puntos clave de las estructuras a lo largo del tiempo, con el fin de facilitar la reestructuración de éstas, así como el reciclaje de los componentes que se dejen de utilizar por parte de nuevos propietarios.

Otro ejemplo, son las llamadas plataformas de código abierto (Open Source) a través de las cuales los futuros propietarios de los edificios pueden acceder a los planos iniciales de los mismos y modificarlos según las necesidades de uso que vayan a tener.

Una idea ecointeligente es la aplicación del biomimetismo a los diseños urbanísticos, empleando la inspiración de la propia naturaleza en la búsqueda de soluciones, como puede ser el caso de la generación de energía a través de los edificios gracias a la energía solar.

También hay que destacar como novedad las llamadas soluciones bioclimáticas, que ayudan a climatizar del interior de los edificios de manera ecoeficiente, disminuyendo así el consumo energético.

Asimismo, cada vez es más importante el diseño biofílico que permite mitigar problemas como la polución y la contaminación acústica a través de las fachadas y tejados de los edificios.

En nuestra próxima entrega trataremos sobre la movilidad sostenible en el entorno urbano.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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