Hacia un modelo urbano más circular (3)

Al profundizar en el tratamiento de residuos y el aprovechamiento de materiales en la ciudad, nos enfrentamos a la urgente necesidad de cambiar nuestro actual modelo de consumo, evidenciando su insostenibilidad.

En un modelo urbano circular es necesario reforzar la implementación de iniciativas circulares en el tratamiento de materiales y residuos

La tendencia de la sociedad moderna a infrautilizar los productos adquiridos, sustituyéndolos prematuramente, reduce artificialmente su vida útil.

Este comportamiento es especialmente notable en el contexto de los productos dañados o defectuosos. A pesar de contar con sistemas de reparación avanzados, la mayoría de los consumidores opta por desechar estos productos, influenciados por la comodidad y el hecho de que, a menudo, los costes de reparación se equiparan a los de adquirir uno nuevo.

Este fenómeno resalta la importancia de reforzar la implementación de iniciativas circulares en el tratamiento de materiales y residuos, mediante una comunicación efectiva.

En entregas anteriores, discutimos cómo la movilidad sostenible puede beneficiar el acceso a servicios básicos, la equidad social, la participación ciudadana y la protección del medio ambiente, y ahora nos vamos a enfocar en cómo gestionar los productos y residuos en las ciudades.

Una estrategia clave es el desarrollo de plataformas que faciliten la interacción entre el sector público, empresas y particulares.

Una de estas plataformas podría ser una dedicada al intercambio y venta de productos usados a nivel local, lo que permitiría ofertar o demandar productos infrautilizados, como ropa y electrónica, y productos defectuosos cuyos componentes o partes sirven para reparar o reacondicionar productos afines.

Esta posibilidad permitiría a los agentes económicos urbanos reducir costes de producción mediante la prolongación de la vida útil de los productos.

Canon, ejemplo de economía circular aplicada a generar nuevos ingresos

Además, las soluciones vinculadas a las nuevas tecnologías, como las plataformas de código abierto, conectan a nodos (fabricantes, consumidores, diseñadores …) a nivel local o mundial, mejorando las características de los productos desde el diseño hasta el reciclaje.

Otra iniciativa relevante es la de ofrecer información del producto mediante códigos QR u otros identificadores, lo que ayuda al personal de reparación o los servicios de reciclaje conozcan qué componente intervenir o cuáles son los diferentes materiales que conforman el producto.

Además, una plataforma de búsqueda, recogida y reparto de residuos permitiría a los agentes económicos informar qué desechos urbanos generan.

A través de un servicio local de recogida, los residuos son transportados directamente como nuevas materias primas de un proceso productivo o, en caso de no poderse reutilizar, eliminados de un modo sostenible. En este sentido, y por poner un ejemplo relevante, es crucial poner especial énfasis en el reciclaje de placas solares y baterías de vehículos eléctricos, elementos principales de un transporte circular.

Por último, el concepto de pago por servicio (servucción) fomenta que los consumidores disfruten de la utilidad de un producto sin tener que adquirirlo, facilitando el uso compartido.

El diseño sostenible de los productos es clave para facilitar su posterior reciclaje, por lo que invertir esfuerzos en esta etapa inicial de la fabricación es fundamental. El sistema empresarial y el sector público de las ciudades deben colaborar e implementar cursos y actividades de formación sobre estas materias relacionadas con la sostenibilidad.

Un ejemplo de estos planteamientos ecointeligentes es la logística inversa, que planifica el ciclo vital de los residuos, desde que se generan al desechar un producto hasta su nueva implementación en los procesos de producción de otros nuevos, estableciendo así un circuito cerrado de residuos urbanos.

Los camiones con turbinas de gas son menos contaminantes y sostenibles

Como resultado general de lo expuesto en esta serie de entregas, se puede afirmar que las prácticas sostenibles adaptadas para su aplicación en nuestras ciudades permiten impulsar un modelo urbano compatible con el Planeta, aunque no todas las iniciativas tengan el mismo efecto en la consecución del objetivo.

La sostenibilidad urbana y la economía circular no son solo conceptos teóricos, sino herramientas prácticas y efectivas para transformar nuestras ciudades en espacios más habitables, equitativos y respetuosos con el medio ambiente.

En este contexto, es esencial que los ciudadanos, las empresas y las autoridades locales trabajen juntos para implementar estas prácticas, siendo la educación y la sensibilización sobre la importancia de la sostenibilidad una prioridad, al igual que la inversión en tecnologías e infraestructuras que apoyen estos objetivos.

Sólo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado podremos asegurar un futuro más responsable y sostenible para nuestras urbes y las personas que las habitamos.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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