Conclusiones sobre la Cumbre del Clima de Dubái (COP28)

La 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), llevada a cabo en Dubái entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre, marcó un hito significativo en la historia de la acción climática global. culminando con un acuerdo sin precedentes entre 198 países e inaugurando una nueva era en la lucha contra el cambio climático.

La COP28 de Dubái marcó un hito significativo en la historia de la acción climática global, culminando con un acuerdo sin precedentes entre 198 países e inaugurando una nueva era en la lucha contra el cambio climático

El documento central de este acuerdo, conocido como El Consenso de los EAU, representa una llamada a la acción para que los países inicien una transición decidida hacia el abandono de los combustibles fósiles, con el objetivo de alcanzar emisiones netas cero para el año 2050, incluyendo este consenso metas ambiciosas, como la de triplicar la capacidad de las energías renovables para 2030, junto con otras medidas significativas.

Durante un año de intensa diplomacia y dos semanas de negociaciones rigurosas, este consenso refleja el esfuerzo de la Presidencia de la COP28 por ofrecer una respuesta ambiciosa al Balance Global, alineándose con los objetivos fundamentales del Acuerdo de París de la COP21.

Este acuerdo esboza compromisos claros en términos de energías renovables, destacando la transición hacia la eliminación completa de los combustibles fósiles para lograr el objetivo de cero neto para 2050 y establece metas específicas para incrementar tanto la generación de energías renovables como la eficiencia energética.

El acuerdo también insta a acelerar los esfuerzos para eliminar gradualmente la energía basada en carbón y a reducir los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles. Estas medidas buscan impulsar una transición justa, ordenada y equitativa alejándose de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos.

Un aspecto crítico de la COP28 fue el Inventario Global o Balance Global, un proceso quinquenal establecido para evaluar los esfuerzos nacionales y globales en la lucha contra el cambio climático. Este proceso, que se deriva del Acuerdo de París de 2015, tiene como objetivo principal limitar el calentamiento global a menos de 2 °C, preferentemente a 1,5 °C, en comparación con los niveles preindustriales.

La COP28 marcó la primera ocasión para proporcionar un punto de referencia para estos esfuerzos

El consenso logrado en la COP28 no fue unánime, indicando que no todos los países estaban completamente de acuerdo. Hasta el último momento, había incertidumbre sobre la posibilidad de oposición a este nuevo acuerdo. Sin embargo, al final, no hubo objeciones significativas, y el acuerdo fue aceptado oficialmente en la sesión plenaria por consenso.

Las emisiones de carbono contribuyen al calentamiento global

Las negociaciones en las cumbres climáticas son complejas y requieren un consenso que a menudo implica flexibilidad y formación de alianzas, evidenciándose durante el acuerdo de Balance Global una confrontación en torno a términos como phase out (eliminación progresiva) y unabated (sin técnicas de mitigación).

Estos debates llevaron a varios cambios para alcanzar un consenso, aunque algunos países y sectores de la sociedad civil se mostraron decepcionados por la falta de un lenguaje más preciso y la asunción de metas más ambiciosas.

Como ya hemos señalado, el tema central de la COP28 fue el fin de la era de los combustibles fósiles. A pesar de que el borrador del acuerdo no especificaba su eliminación progresiva, se llegó a un consenso para iniciar una transición y alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050.

Este acuerdo exige a los países transformar sus sistemas energéticos de manera justa, ordenada y equitativa, alejándose de los combustibles fósiles

Es crucial reducir las emisiones antes del final de esta década, y el acuerdo pide a los países alcanzar el punto máximo de producción de carbono para 2025.

El acuerdo también incluye compromisos específicos en cuanto a fechas y cifras para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), esperándose una reducción del 43% para 2030 y del 60% para 2035 respecto a los niveles de 2019, tal como demandaba la Unión Europea.

Otro objetivo clave es triplicar la capacidad de energías renovables y duplicar la tasa anual promedio de mejora en la eficiencia energética para el año 2030, siendo la electrificación y la eficiencia energética los pilares de una transición energética correcta, apoyándose en factores como la biomasa sostenible y el hidrógeno verde.

La COP28 también enfatizó la necesidad de abordar las preocupaciones de las naciones en desarrollo, que enfrentan desafíos únicos durante la transición hacia una economía baja en carbono, subrayándose la importancia de proporcionar apoyo financiero y tecnológico a estas naciones para asegurar su adaptación y prosperidad en un mundo sin combustibles fósiles.

La conferencia dejó claro que la acción climática ya no es opcional, sino imperativa, reconociendo explícitamente los participantes la urgencia y necesidad de priorizar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Los compromisos se tradujeron en planes concretos, con muchos países anunciando iniciativas ambiciosas para alcanzar la neutralidad de carbono en fechas más cercanas y adoptando medidas más audaces para frenar las emisiones.

La implementación de estos compromisos será la verdadera prueba de su eficacia, recayendo la responsabilidad de convertir estos compromisos en acciones tangibles en los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado.

La transición hacia un futuro sin combustibles fósiles requerirá una colaboración sin precedentes y una determinación constante

En resumen, la COP28 es un llamamiento a la acción global, subrayando que alejarse de los combustibles fósiles no es solo una meta, sino una necesidad urgente para preservar nuestro Planeta para las generaciones futuras.

Lo que hagamos después de esta conferencia será crucial para construir un futuro sostenible y servirá de medida para ver nuestra capacidad de transformar las palabras en resultados concretos.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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