Ya nos gustaría que fuera así, pero en esta ocasión la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023, más comúnmente conocida como COP28, se celebra en Dubái (Emiratos Árabes) que es uno de los productores destacados de combustibles fósiles y con muchos intereses encontrados para ser abanderado en la acción climática.
En esta COP debería producirse una convergencia entre el significado y la urgencia en lo relativo a la acción climática global, conformándose como un evento trascendental en la lucha contra el cambio climático. Pero, en nuestra opinión, es difícil que esto sea así …
Esta serie de conferencias, iniciadas en 1995 bajo el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), ha sido el escenario de algunos de los acuerdos más significativos en la lucha contra el cambio climático, incluyendo el histórico Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París.
La COP28 se va a celebrar en las instalaciones de la Expo City de Dubái, del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023, llegando en un momento crítico por ser la primera gran reunión desde la conclusión del primer Inventario Global de la CMNUCC, un proceso diseñado para evaluar el progreso global en la lucha contra el cambio climático y establecer las acciones futuras necesarias.
Este año, la COP28 se celebra en un contexto de creciente urgencia, ya que más de un siglo de quema de combustibles fósiles y uso insostenible de la tierra y la energía ha llevado a un calentamiento global de 1,1°C por encima de los niveles preindustriales, y cada incremento adicional de temperatura está exacerbando la intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos como olas de calor, inundaciones y tormentas.
El año 2023 está en camino de convertirse en el más caliente registrado, mientras que los últimos 8 años han sido los más cálidos a nivel mundial, impulsados por concentraciones crecientes de gases de efecto invernadero y calor acumulado.
La COP28 representa una oportunidad crucial para reevaluar y recalibrar las respuestas globales al cambio climático, pues con casi la mitad de la población mundial viviendo en regiones altamente vulnerables al cambio climático y los países menos desarrollados, los encerrados por tierra y las pequeñas islas enfrentándose a las consecuencias mortales de una crisis a la que han contribuido poco, la conferencia de Dubái no es solo una cuestión de política ambiental, sino también de justicia climática y equidad global.
En esta cumbre, los participantes, incluidos delegados de los estados miembros de la CMNUCC, líderes de la industria, activistas juveniles, representantes de comunidades indígenas y otros interesados, parten con la misión (y la obligación) de trazar un camino hacia una acción climática más efectiva y ambiciosa, por lo que deberíamos exigir que esta conferencia fuera un punto de inflexión, donde los países no sólo acuerden qué acciones más importantes tomarán, sino que también muestren cómo se entregarán estos compromisos.
La COP28 se centra en la implementación y mejora de las estrategias para combatir el cambio climático. Uno de los aspectos más destacados de esta conferencia es la conclusión del primer Inventario Global iniciado en la COP26 en Glasgow (Escocia).
Este proceso es fundamental para identificar lo que aún falta por hacer y guiar a los países hacia planes de acción climática más ambiciosos y acelerados, y la decisión adoptada por las partes en la COP28 podría emerger como el resultado más trascendental desde la conferencia de París de 2015 (COP21).
Dada la realidad del cambio climático, con un calentamiento global ya de 11°C por encima de los niveles preindustriales y el riesgo de un aumento de 3°C, la COP28 debe abordar de manera decidida la necesidad de medidas urgentes y efectivas, incluyendo la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la transición a fuentes de energía renovables y la inversión en adaptación y resiliencia frente al cambio climático.
Los países menos desarrollados, las naciones sin acceso al mar y las pequeñas islas, aunque contribuyen mínimamente a la crisis climática, están en primera línea enfrentando sus consecuencias mortales, de ahí que esta reunión debe garantizar que estas naciones reciban el apoyo necesario para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático.
La ciencia es clara: es posible limitar el aumento de la temperatura a 1.5°C, pero esto requiere una acción climática inmediata y significativa
Los objetivos incluyen una reducción del 45% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en comparación con los niveles de 2010, y alcanzar emisiones netas cero a nivel mundial para 2050. Además, se busca una transición justa y equitativa de los combustibles fósiles a fuentes de energía renovables y aumentar las inversiones en adaptación y resiliencia al trastorno climático.
Sin embargo, el informe de síntesis de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs) muestra que el mundo no está logrando controlar la crisis climática.
Esta situación pone de relieve la importancia de la COP28 para trazar un camino hacia una acción climática acelerada. Con la próxima ronda de planes climáticos nacionales programada para 2025, el resultado del proceso del Inventario Global podría alentar a los países a aumentar la ambición y establecer nuevos objetivos que superen las políticas y compromisos existentes.
La COP28 no solo se enfoca en establecer nuevos planes ambiciosos, sino también en demostrar progresos en compromisos anteriores y abordar desafíos críticos en áreas como los combustibles fósiles, la seguridad alimentaria y la resiliencia climática. La conferencia en Dubái representa un momento decisivo en la lucha global contra el cambio climático, ofreciendo una oportunidad única para que las naciones del mundo colaboren hacia un futuro más sostenible y resiliente.
La COP28 en Dubái es más que una simple conferencia: es una convocatoria para una acción decisiva, ya que la urgencia del cambio climático no sólo requiere la implementación de planes existentes, sino también la innovación y la ambición para ir más allá de lo que se ha prometido anteriormente.
Esta conferencia debería proporcionarnos una plataforma para mostrar nuestro compromiso no solo a través de palabras, sino también a través de acciones tangibles y medibles
Son elementos críticos de la COP28 el liderazgo y la colaboración internacional. La conferencia reúne a diversos actores: gobiernos, sector privado, ONGs, comunidades indígenas y jóvenes activistas. Esta diversidad de participantes refleja la naturaleza multifacética de la crisis climática y la necesidad de soluciones integrales.
Una vez más, esta COP puede ser una oportunidad para que estos diversos grupos colaboren, compartan conocimientos y desarrollen soluciones innovadoras.
Otro punto principal de la COP28 es la financiación climática. Los países en desarrollo, que son los menos responsables pero a menudo los más afectados por el cambio climático, necesitan apoyo para adaptarse y mitigar sus impactos, por lo que es urgente promover la equidad en la acción climática y asegurar que los países vulnerables reciban la financiación y los recursos necesarios.
La COP28 también está llamada a destacar la importancia del compromiso del sector privado. Las empresas y las industrias tienen un papel crucial en la transición hacia prácticas más sostenibles y en la innovación de tecnologías que puedan mitigar el cambio climático. Así, es crucial fomentar una colaboración más estrecha entre el sector privado y los gobiernos para lograr los objetivos climáticos.
En resumen, la COP28 no es solo un reflejo de dónde estamos en la lucha contra el cambio climático, sino que es también un mapa del camino a seguir, por lo que no podemos permitirnos el lujo de aplazar otro año más la lucha decidida contra la crisis climática que estamos padeciendo y debemos exigir a nuestros gobernantes que se comprometan a tomar medidas concretas y dar lugar a un punto de inflexión en la historia de la acción climática, marcando el comienzo de una era de mayor ambición y colaboración en la lucha contra el cambio climático.