La respuesta sigue siendo NO. Aunque la sostenibilidad es uno de los retos principales a los que se enfrenta el sector de los cruceros turísticos, gran parte de las acciones que se están implementando para mitigar sus impactos no dejan de ser un ejercicio de lavado verde (greenwashing).
Ya hemos analizado el primer pilar en el que el sector de los cruceros turísticos se apoya en materia de sostenibilidad y que pasa por la reducción de las emisiones contaminantes que arrojan los buques.
Ahora es el turno del segundo pilar, que se ocupa de las inversiones destinadas al cuidado medioambiental a bordo y a incrementar la eficiencia energética.
Aunque las memorias de sostenibilidad de las compañías de cruceros anuncian la implementación de prácticas de economía circular, lo cierto esto no que deja de ser una exageración disfrazada de verde y la realidad dista mucho de lo escrito.
En lo relativo a la cuestión ambiental y a la gestión del agua, nos encontramos 2 escenarios: la producción de agua dulce y el tratamiento de aguas residuales.
En los cruceros se requiere cantidad ingente de agua dulce para beber, cocinar, lavar ropa, limpiar a alta presión, generar vapor, o para climatizar y refrigerar dentro y fuera de los espacios de máquinas.
El agua también se usa para los sistemas de rociadores e hipernebulización contra incendios y se requiere en gran cantidad para fines recreativos.
Por todo ello, es imperativo que los cruceros estén equipados con instalaciones propias de producción y almacenamiento de agua dulce, ya que de otra manera pondrían en tensión los sistemas de abastecimiento de agua de las localidades donde recalan.
Éstas son algunas posibilidades de potabilizar el agua de mar y ser autosuficientes:
- Evaporación con vapor: Utiliza el vapor y el calor de los motores del barco para hervir el agua de mar. Al evaporarse el agua, la sal queda como subproducto. El agua obtenida se convierte en destilada purificada.
- Ósmosis inversa: Se emplea energía para empujar el agua salada a través de membranas microscópicas. De este modo, toda la sal y los posibles contaminantes quedan bloqueados en el sistema.
- Agua de condensación: Se recoge el agua producida por las unidades de aire acondicionado como producto de la humedad ambiental y esa agua se reutiliza, por ejemplo, en los sistemas de lavandería.
Para el tratamiento de las aguas residuales se están implantando sistemas avanzados de tratamiento de aguas residuales (AWTS, Advanced Wastewater Treatment Systems) para su reutilización a bordo en gran medida. Finalmente, el agua que ya no se puede reutilizar también trata para que salga del barco con las suficientes garantías
Los cruceros más modernos suelen cumplir los requisitos del Estándar Báltico (IMO MEPC 227), muy estricto con el tratamiento y achique de aguas residuales en la industria marítima, equiparable a las legislaciones terrestres más restrictivas. No obstante, en algunos informes analizados, el porcentaje de agua tratada no pasa del 70%, no ofreciéndose información clara de lo que se hace con el porcentaje restante en estos navíos.
Según datos del sector, se asegura que en 2023 el 81% de los buques de crucero contaría con sistemas AWTS
Otro punto importante es la gestión de residuos, ya que, hasta hace unos años, la inmensa mayoría de estos desechos acababa en el fondo del mar, pero el endurecimiento de la normativa ha obligado a los cruceros a hacerse cargo de sus desechos de una manera responsable con el entorno marino.
La industria del crucero gestiona este problema mediante una combinación variable de minimización de residuos, reciclaje e incineración. Para ello incorporan sistemas y procesos que permitan la recogida de residuos, su clasificación, tratamiento y la transformación en energía cuando es posible.
Así, una cantidad de basura es retenida a bordo y descargada en puerto para su reciclaje en plantas de procesamiento, un cierto porcentaje es incinerado a bordo y las cenizas vertidas al mar, y algo de residuo sólido (restos alimenticios y otros residuos orgánicos) es también arrojado al océano. Como podéis observar, algo muy alejado de lo que entendemos como economía circular …
Una manera bastante fácil de reducir los residuos es precisamente minimizar su generación mediante divulgación y prácticas de consumo responsable. Como ya apuntamos en su momento, ejemplos como la práctica generalizada del todo-incluido y la utilización de una gran variedad de artículos de un solo uso, hacen que la reducción de los desperdicios no se produzca en la práctica.
Para buscar un turismo que genere un menor impacto en el futuro del Planeta, es importante que el turista también adquiera una mayor conciencia de lo que está buscando. El turismo sostenible suele tener un coste mayor, tanto económico como en experiencia, algo que difícilmente puede encajar en la oferta actual de cruceros turísticos.
Y la última cuestión de este apartado de cuidado medioambiental es la relativa al incremento de eficiencia energética.
Uno de los ámbitos de mejora es el uso de la energía eléctrica en puerto, que es de vital importancia para un buque atracado ya que su propio funcionamiento depende de la electricidad.
Hasta hace relativamente pocos años, la única opción de disponer de electricidad en puerto era usar los grupos electrógenos del buque, lo que provoca impactos en los niveles de ruido y en la contaminación de los puertos.
Para electrificar las actividades del barco en puerto sin quemar combustible se idearon los sistemas de alimentación eléctrica terrestre (OPS, On-shore Power System).
Actualmente, unos 174 cruceros (alrededor del 40% de la flota) están equipados para operar con OPS en los menos de 30 puertos de todo el mundo dotados de esa infraestructura, únicamente un 2% del total de puertos. Otra buena idea que en la realidad tienen un recorrido muy corto …
Otra iniciativa ecoeficiente que se ha presentado recientemente ha sido la colaboración entre navieras y compañías energéticas para el desarrollo de sistemas basados en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para optimizar la configuración y cargas de motores y minimizar así el consumo de combustible y la demanda de energía. Esta cuestión se está poniendo en marcha únicamente en algunos navíos de nueva construcción.
Y para finalizar con este apartado, a los barcos nuevos se les está intentando dotar de una cierta flexibilidad para que sean capaces de funcionar con combustibles más eficientes, y con el foco puesto en la llegada de las alternativas renovables. Por eso, además del GNL, se están explorando otras alternativas, como el hidrógeno, el amoníaco y el metanol, vía el empleo de pilas de combustible.
En nuestra próxima entrega trataremos sobre acciones destinadas en los cruceros al fomento del turismo sostenible.