¿En qué consiste la responsabilidad ampliada del productor?

La responsabilidad ampliada del productor (RAP), según la definición de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es un enfoque de política ambiental en el que la responsabilidad del productor sobre un producto se amplía o se extiende a la etapa posterior al consumo del ciclo de vida de dicho producto.

La responsabilidad ampliada del productor (RAP) es un requisito que pide a los productores e importadores que asuman la responsabilidad de los productos en todo el ciclo de vida del producto

Esta responsabilidad ampliada (también la podemos encontrar como extendida) se trata de una regulación basada en el rendimiento, donde los resultados y objetivos específicos se establecen y definen por ley, al igual que los roles y las responsabilidades de las partes interesadas (stakeholders) para cumplir con éstos, dejando a los interesados la forma y los medios a través de los cuales se logran estos resultados y objetivos.

Tomando como ejemplo los envases y embalajes, significa que, quién introduzca envases o productos embalados en el mercado de un país, seguirá siendo responsable de ese envase incluso después de su uso.

La responsabilidad ampliada del productor es un requisito que pide a los productores e importadores que asuman la responsabilidad de los productos en todo el ciclo de vida del producto

Por lo general, el marco legal otorga a las empresas la posibilidad de cumplir con su responsabilidad individualmente, poniendo en marcha su propio sistema de recolección, clasificación y reciclaje, o colectivamente, uniendo esfuerzos para establecer un sistema compartido.

Este último es el enfoque más común, en el que las responsabilidades colectivas se cumplen a través de una Organización de Responsabilidad del Productor (ORP).

En un sistema RAP colectivo, las empresas legalmente obligadas delegan su responsabilidad (total o parcialmente) a un tercero. Normalmente, pero no de forma exclusiva, el tercero es un conjunto de ORP, que gestiona a su nombre el producto después de su uso, y coordina las actividades identificadas como parte del alcance de dicho organismo.

Para cubrir los gastos necesarios para lograr los resultados y los objetivos legalmente vinculantes, la ORP requiere un pago de las empresas legalmente obligadas.

El pago al ORP se realiza normalmente a través de tarifas de producto que cada empresa legalmente obligada paga a la ORP. En general, las tarifas se determinan en función de la masa y el tipo de producto que se comercializa y se calculan en función del coste de la gestión posterior a su uso.

Con varios centenares de planes existentes en todo el mundo para diversos tipos de productos, desde envases, embalajes y neumáticos usados, hasta vehículos y productos electrónicos, la Responsabilidad Ampliada del Productor es un instrumento de política conocido que ha sido ampliamente adoptado a escala y en diferentes contextos.

En este sentido, la RAP se considera una herramienta eficaz para asegurar la financiación para la gestión posterior al uso de los productos y para aumentar las tasas de recolección, clasificación y reciclaje.

Según la OCDE, hay evidencias de que, donde se han adoptado planes de RAP los niveles de eliminación de residuos han disminuido y las tasas de reciclaje han aumentado, sin olvidarnos que la reducción y el reciclaje sólo son 2 posibilidades de la jerarquía multierre del entramado de la economía circular.

Desde el punto de vista circular, este planteamiento debe ser un primer paso para desarrollar sistemas que aporten un valor regenerativo, por ejemplo, fomentando la incorporación del diseño sostenible o desarrollando modelos de negocio circulares en los que se prime el uso ante la posesión del bien o producto.

Diseñar productos, teniendo en cuenta la circularidad con el objetivo de facilitar su reutilización o reciclaje al final de su ciclo de vida, ayuda a priorizar la minimización de los residuos y el impacto medioambiental al permitir una fácil recuperación y reintroducción de los materiales en los ciclos técnico o biológico.

Fomento de la reparación y actualización de bienes

Recordemos que el diseño circular contempla principios que incluyen el diseño modular, el uso de materiales reciclables y el fácil desmontaje, contribuyendo todo a una economía más sostenible y eficiente en el uso de los recursos.

Y es que, más que sistemas eficientes, necesitamos un cambio de mentalidad hacia la circularidad, dejando de hablar de residuos y para comenzar a hablar de recursos, quizás mal ubicados y que no incorporamos de nuevo a la Tecnosfera o a la Biosfera.

Concluyendo, lo interesante es quedarse con el enfoque circular y regenerativo que puede promover la RAP, evitando la igualar economía circular y reciclaje, y que éste último sea un fin en si mismo.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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