La creciente relevancia de la sostenibilidad en las estrategias empresariales marca un cambio significativo en cómo las corporaciones enfrentan su responsabilidad ante los retos globales.
La adopción de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés, ASG en castellano) se ha consolidado como un enfoque holístico para encarar estos desafíos, centrándose en el impacto ambiental, las problemáticas sociales y los principios de una gobernanza ética, todos esenciales para el bienestar comunitario y el éxito sostenible de las organizaciones.
En este contexto renovado, la sostenibilidad se convierte en un eje central para la toma de decisiones estratégicas, más que un simple añadido. La integración de prácticas ESG está en auge, evidenciando que la responsabilidad corporativa es un imperativo global que influye tanto en la reputación como en la sostenibilidad a largo plazo de las empresas.
Esta toma de conciencia sobre la necesidad de operar de manera responsable se ve impulsada por varios factores que fomentan un viraje hacia prácticas empresariales más sostenibles:
- Presión de los inversores: Un factor determinante es la demanda de los inversores, quienes valoran cada vez más la sostenibilidad y monitorizan el desempeño ESG de sus inversiones, siendo esto un reflejo de un mercado financiero que prioriza criterios de sostenibilidad.
- Regulaciones y normativas: La Unión Europea lidera con iniciativas como el Pacto Verde Europeo y un marco de finanzas sostenibles, estableciendo una dirección clara para la acción corporativa en sostenibilidad, lo cual subraya la importancia de cumplir con regulaciones específicas en materia de reporte y desempeño sostenible.
- Demandas del mercado y la cadena de suministro: Los consumidores y proveedores adoptan criterios ESG en sus decisiones, incentivando a las empresas a alinear sus estrategias con estos principios. Además, se destaca la necesidad de colaboración en toda la cadena de valor para alcanzar objetivos ambiciosos como la neutralidad de carbono.
- Reputación corporativa: Las empresas comprometidas con la sostenibilidad no solo refuerzan su liderazgo en el sector, sino que también fomentan la confianza entre todos los involucrados. La sostenibilidad se convierte en un diferenciador clave, esencial para la competitividad y el respaldo continuo de sus grupos de interés.
- Productividad y atracción de talento: Implementar una estrategia sostenible mejora la motivación y el rendimiento del equipo, evidenciando que la inclusión y la sostenibilidad son factores clave para la rentabilidad y la productividad. Las nuevas generaciones, en particular, valoran la ética y la responsabilidad corporativa en sus decisiones profesionales.
El futuro de las estrategias empresariales está intrínsecamente ligado a la sostenibilidad, y se anticipa que el sistema de calificación ESG seguirá expandiéndose.
Estas calificaciones, que evalúan el desempeño de las organizaciones en aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, son herramientas esenciales para medir y comparar compromisos de sostenibilidad, como pueden ser los derivados de los ODS, cubriendo desde la gestión del cambio climático y la biodiversidad hasta la igualdad de género, el bienestar comunitario y la ética corporativa.
Las evaluaciones ESG representan conjuntos de herramientas y procedimientos diseñados para analizar cómo una entidad se desempeña en términos de sostenibilidad, abarcando aspectos ambientales, sociales y de gobernanza.
Estas evaluaciones pueden manifestarse como opiniones de expertos, puntuaciones numéricas o una mezcla de ambas, aplicables a diversas entidades, desde compañías hasta productos financieros, perfilando así su compromiso con prácticas sostenibles y su riesgo ESG.
Basadas en metodologías rigurosas y sistemas de clasificación detallados, estas evaluaciones permiten una comparativa objetiva del compromiso de una organización con la sostenibilidad, evaluando aspectos críticos en 3 dimensiones fundamentales:
- Ambiental: se concentra en la lucha contra el cambio climático, la gestión de emisiones, el uso sostenible del agua, la conservación de la biodiversidad, la eficiencia energética, proyectos de reforestación, el manejo adecuado de residuos y la promoción de la economía circular.
- Social: incluye la atención a la satisfacción del cliente, el fomento de la igualdad y diversidad, el soporte a comunidades vulnerables, el compromiso comunitario, la promoción de la educación continua y el respeto por los derechos humanos.
- Gobernanza: abarca la transparencia corporativa, la equidad en las remuneraciones, la seguridad de la información, el desarrollo de cadenas de suministro éticas y la implementación de políticas de cumplimiento normativo eficaces.
Estas calificaciones ESG juegan un papel crucial en el ecosistema de las finanzas sostenibles, ofreciendo datos clave de diversos factores:
- Inversiones sostenibles: Las instituciones financieras e inversores se apoyan en las evaluaciones ESG para dirigir sus estrategias de inversión, gestión de riesgos y análisis, así como para la definición de productos y la evaluación de solicitantes de financiamiento.
- Desempeño empresarial: Las calificaciones ESG sirven a las empresas para identificar riesgos y oportunidades de sostenibilidad en sus operaciones, permitiéndoles comparar su rendimiento con el de sus competidores en términos de sostenibilidad.
- Evaluación de Proveedores: La mejora en las prácticas ESG requiere considerar la cadena de valor completa, donde la estandarización de la información recopilada es esencial. Las evaluaciones ESG facilitan la integración de esta información de manera uniforme, promoviendo prácticas sostenibles a lo largo de la cadena de suministro.
- Políticas Públicas: Los gobiernos y organismos públicos pueden basarse en las evaluaciones ESG para guiar sus políticas de sostenibilidad, incluyendo el fomento de adquisiciones y contrataciones verdes y el desarrollo de programas de apoyo.
En suma, las calificaciones ESG facilitan la toma de decisiones estratégicas para inversores, empresas y gobiernos, promoviendo un ecosistema financiero y corporativo que prioriza la sostenibilidad.
Este enfoque no solo refleja un compromiso ético, sino que también es una estrategia prudente para garantizar la viabilidad y el éxito a largo plazo en un mundo cada vez más consciente de su impacto ambiental y social.
Si te interesa profundizar en este tema puedes acceder al informe de Ihobe titulado Reporting ESG: Guía de actividades de calificación ambiental, social y de gobernanza para empresas, y disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.