Marcos de referencia de economía circular para el medio urbano (1)

En el núcleo de las estrategias para avanzar hacia un futuro más sostenible y circular, las ciudades desempeñan un papel fundamental, ya que estos centros urbanos, con su inmensa capacidad de influencia, están en primera línea para liderar la transición hacia la economía circular, transformándose en los principales beneficiarios de este paradigma de ciclos cerrados de producción y consumo.

Para facilitar la transición de las ciudades a la economía circular se proponen marcos de referencia específicos para el entorno urbano

A medida que nos aproximamos al año 2050, se proyecta que tres cuartas partes de la población mundial habitará en áreas urbanas, aumentando así la contribución al PIB global que actualmente se origina en estos espacios.

Este aumento poblacional y económico implica una presión considerable sobre los recursos, la capacidad y la calidad de vida urbanos, señalando la necesidad urgente de replantear nuestros sistemas urbanos para asegurar la prosperidad a largo plazo, la suficiencia de recursos y la sostenibilidad.

La transición hacia prácticas de economía circular en los entornos urbanos ha tomado un impulso notable recientemente debido a la adopción de ciudades de diversos tamaños de estrategias de circularidad.

Estas estrategias comienzan por la gestión de residuos, ampliándose a otros ámbitos vitales como la minimización del desperdicio alimentario, la regeneración del espacio público, la movilidad sostenible, el uso de materiales locales, la gestión del agua y la reducción de emisiones.

Estos esfuerzos se reflejan en importantes documentos estratégicos y planes de acción, como las Agendas Urbanas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (particularmente el ODS nº 11), el plan de reducción de emisiones de la Unión Europea para 2030 y la Nueva Bauhaus Europea, evidenciando la integración de la economía circular en el desarrollo urbano.

Las ciudades, además de ser motores económicos y hogares para la mayoría de la población mundial, son grandes consumidores de recursos y generadores de residuos y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)

Este impacto ambiental, sumado a los desafíos del cambio climático, subraya la importancia de un modelo urbano centrado en la sostenibilidad, que requiere de la colaboración entre diferentes niveles de gobierno y sectores para compartir objetivos, estrategias y acciones que promuevan una transición efectiva hacia la circularidad.

Liubliana, capital verde europea 2016

Este enfoque estratégico debe integrar esfuerzos tanto a nivel local como nacional, enfocándose en la transformación de los procesos socioeconómicos y ambientales urbanos.

Para las ciudades comprometidas con esta transformación, el desafío es considerable, pero también lo es la oportunidad de liderar hacia un futuro más sostenible.

La implementación de una gobernanza avanzada es clave para alcanzar ciudades inteligentes, resilientes, circulares y sostenibles. Esto implica integrar políticas locales críticas, como la gestión del suelo y la vivienda, la movilidad y el medio ambiente, con otras de alcance global relacionadas con el clima y la salud.

Para facilitar esta transición, se han propuesto marcos de referencia específicos para el entorno urbano, tales como el metabolismo urbano y la ciudad sensible al agua (CSA) o ciudad esponja.

El metabolismo urbano ofrece una perspectiva integradora de los aspectos socioambientales y económicos en la urbanización, considerando a la ciudad como un ecosistema que gestiona de manera sostenible sus recursos y desafíos, incluido el cambio climático.

Por otro lado, el concepto de ciudad sensible al agua (CSA) promueve un manejo integrado y sostenible del agua, combinando gobernanza y tecnología para lograr una resiliencia frente a los desafíos climáticos.

Parte de una planta típica de tratamiento de agua potable

Mediante la implementación de estos marcos y la adopción de buenas prácticas de economía circular observadas en ciudades de todo el mundo, se vislumbra el potencial de transformar los flujos urbanos hacia la circularidad.

Este enfoque no solo es necesario para enfrentar los retos actuales y futuros, sino que también abre el camino hacia la consecución de una prosperidad urbana sostenible y resiliente.

La integración de estrategias de economía circular en la planificación y gestión urbanas se presenta, por tanto, como una vía prometedora hacia la sostenibilidad y la innovación en el corazón de nuestras ciudades.

En nuestra próxima entrega desarrollaremos el mencionado metabolismo urbano.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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