El turismo es un sector vital que contribuye significativamente al desarrollo económico global, pero su rápido crecimiento ha traído consigo diversos problemas de sostenibilidad que amenazan los recursos naturales, culturales y sociales de los destinos turísticos.
La contaminación, el uso excesivo de recursos, la generación de residuos y el impacto en las comunidades locales son solo algunos de los desafíos que enfrenta este sector turístico. Ante esta realidad, surge la necesidad de adoptar un enfoque más sostenible y responsable: el turismo circular.
El turismo circular se basa en los principios de la economía circular, que apunta a un uso más eficiente de los recursos, maximizando su vida útil y minimizando el desperdicio
Así, podemos definir el turismo circular como el modelo turístico que permite no sólo la protección del patrimonio cultural y natural a través de la disminución de extracción de recursos y de la reducción de las externalidades negativas, sino también la regeneración del capital natural del territorio, lo que permite contar con destinos turísticos líderes en calidad e innovación.
En este contexto, hoteles y otros servicios turísticos tienen el potencial de transformarse en laboratorios de economía circular vivos, donde cada aspecto de su operación se rediseña para cerrar los ciclos de uso de materiales y energía. Esto no solo reduce el impacto ambiental del turismo, sino que también potencia la integración con la comunidad local y la economía regional.
A continuación, presentamos un decálogo para impulsar el turismo circular, proponiendo medidas concretas que pueden adoptar los prestadores de servicios turísticos para avanzar hacia un modelo más sostenible y regenerativo:
1. Priorizar el uso de fuentes de energía renovables
La transición hacia energías renovables es fundamental para reducir la huella de carbono del sector turístico.
Los hoteles, resorts y atracciones pueden implementar sistemas solares, eólicos o de biomasa para alimentar sus operaciones, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático.
2. Mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo
Optimizar el uso de la energía a través de tecnologías más ecoeficientes y prácticas operativas sostenibles puede significar grandes ahorros económicos y ambientales.
Invertir en iluminación LED, sistemas de gestión de energía inteligente y aislamiento térmico son pasos clave en esta dirección.
3. Frenar el despilfarro de alimentos y bienes de consumo
Reducir el desperdicio de alimentos es crucial, considerando que el turismo a menudo implica grandes servicios de alimentación.
Implementar prácticas ecointeligentes como el compostaje, la donación de alimentos no consumidos a bancos de alimentos locales y el diseño de menús basados en la demanda pueden tener un impacto significativo.
4. Romper con los productos de usar y tirar
Eliminar los productos de un solo uso y optar por alternativas reutilizables o biodegradables ayuda a reducir la generación de residuos.
Desde utensilios y envases hasta obsequios y amenidades en habitaciones, cada elemento cuenta.
5. Emplear residuos como nueva fuente de recursos
Implementar sistemas de reciclaje y reutilización de materiales dentro de las instalaciones puede transformar los residuos en valiosos recursos, reduciendo la necesidad de extracción de nuevos materiales y minimizando la huella ambiental.
6. Reutilizar el agua
Sistemas de reciclaje de agua, como el tratamiento y reutilización de aguas grises para riego o sanitarios, son esenciales para conservar este recurso vital, especialmente en zonas de escasez hídrica.
7. Priorizar el mantenimiento, reparación y diseño duradero de productos
Adoptar un enfoque de diseño circular que priorice la durabilidad y reparabilidad de los productos y equipamientos reduce la necesidad de reemplazos frecuentes, disminuyendo así la generación de residuos y el consumo de recursos.
8. Ofrecer experiencias alineadas con el entorno y la población local
Desarrollar experiencias turísticas que respeten y valoricen el entorno natural y cultural fomenta un turismo más integrado y sostenible, y promueve el bienestar de las comunidades locales.
9. Promover una relación entre anfitrión y visitante basada en la asistencia y no en la adquisición de artículos
Fomentar una cultura de servicio que asista al visitante en prácticas sostenibles durante su estancia fortalece la relación y el compromiso con la sostenibilidad.
10. Informar y formar al visitante para tener un impacto positivo durante su estancia
Proporcionar información y formación sobre prácticas sostenibles en el destino ayuda a los visitantes a convertirse en viajeros responsables, conscientes del impacto de sus acciones y cómo pueden contribuir positivamente al lugar que visitan.
Adoptar estos principios no solo contribuye a la sostenibilidad, sino que también potencia la autenticidad de las experiencias turísticas y el desarrollo económico local.
Los hoteles y servicios turísticos, al convertirse en laboratorios vivos de la economía circular, no solo mejoran su eficiencia y reducen su impacto, sino que también se posicionan como líderes en la transformación hacia un futuro más sostenible.