En la actualidad, la sostenibilidad se ha convertido en un tema recurrente en las empresas, especialmente en las medianas y pequeñas (PYME) donde, según estudios recientes, el 67% de las PYME consideran el desarrollo de modelos de negocio sostenibles como un desafío clave.
Esta preocupación no sólo incluye las obligaciones de informes de sostenibilidad, sino también la integración de la digitalización, en primera instancia, y la transformación digital, como siguiente paso, como medios para acelerar la transformación sostenible.
La discusión actual sobre sostenibilidad en las empresas a menudo se centra de manera defensiva en los costes, pero una perspectiva estratégica considera la sostenibilidad como una inversión a largo plazo en la viabilidad futura de la empresa.
Nuestros lectores habituales saben que nuestra propuesta es que la sostenibilidad y la digitalización deben ir de la mano, ya que la digitalización responsable puede acelerar la sostenibilidad, abriendo nuevas fuentes de creación de valor.
Las empresas enfrentan grandes desafíos en el contexto del cambio climático, viéndose obligadas a adaptarse a un cambio en la conciencia social que está llevando a variaciones en el comportamiento de consumidores, clientes, inversores y empleados.
Además, la sostenibilidad está en el centro de nuevas regulaciones, especialmente en Europa, por lo que en este contexto es fácil plantear la pregunta: ¿cómo pueden las empresas responder eficazmente a estas demandas? La respuesta, según estamos viendo, gira alrededor de que la transformación hacia una economía sostenible sólo puede gestionarse mediante la innovación y la transformación digital.
Relacionado con el cambio social en la conciencia que está llevando a una alteración del comportamiento, un 68% de los consumidores alemanes consideran la sostenibilidad un criterio importante al comprar, y más del 80% de ellos optan frecuentemente por alimentos orgánicos.
Este cambio también se refleja en las estrategias de sostenibilidad corporativa, donde los proveedores también son responsables. Por ejemplo, empresas de atención médica que obligan a sus proveedores a cumplir con un código de conducta que establece estándares éticos, sociales y ecológicos.
Los inversores están canalizando sus activos hacia inversiones sostenibles, conocidas como inversiones ESG (environmental, social, governance, en inglés), siendo ya el 75% de los inversores los que prefieren invertir en empresas con una mejor huella de carbono y esperan mejores retornos de éstas.
La mayor presión para actuar proviene de inversores institucionales que se centran en la sostenibilidad, e importantes corporaciones de inversión, como es el caso de BlackRock, han establecido políticas claras para incorporar la sostenibilidad en las decisiones de inversión, evaluando criterios ESG al considerar posibles inversiones.
Las regulaciones también están creando una necesidad inmediata de acción para las PYME. La Directiva de Sostenibilidad Corporativa de la UE extiende las obligaciones de informes a empresas con 250 o más empleados, incluyendo información sobre cuestiones ambientales, sociales, de empleados, derechos humanos y prevención de la corrupción. El incumplimiento de estas regulaciones puede resultar en multas significativas, y el acceso al mercado de capitales puede volverse más difícil para las empresas no conformes.
A la neutralidad climática se va a llegar con responsabilidad y con innovación. Las tecnologías existentes quizás puedan ayudar a reducir aproximadamente el 65% de las emisiones necesarias para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.
En este sentido, las empresas emergentes (startup) que desarrollan Tecnologías Habilitadoras Digitales (THD), por ejemplo, en el ámbito CleanTech, combinan sostenibilidad y digitalización siendo claves para crear soluciones para reducir emisiones, que, combinadas con modelos de negocio disruptivos, pueden marcar el camino para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.
La digitalización debe entenderse como una inversión a favor del clima, y alternativas como el teletrabajo pueden ahorrar en un día más de cinco millones de toneladas de CO2, según Greenpeace.
Así, la prestación de servicios remotos permite desmaterializar muchas tareas y procesos, reduciendo la necesidad de desplazamientos físicos, sin ignorar algunos efectos secundarios no deseados de la adopción masiva de estas prácticas digitales.
Crear valores sostenibles a través de modelos de negocio digitales es esencial, y se está demostrando que las innovaciones disruptivas son necesarias para lograr la neutralidad climática.
Planteamientos que ya hemos comentado, como es el caso del gemelo digital en la producción, ayudan a detectar ineficiencias y mejorar la sostenibilidad de la fabricación.
Los ciclos de valor sostenibles pueden agruparse en redes de creación de valor, como en el caso de algunos fabricantes en línea cuyas redes de producción involucran a miles de socios industriales en procesos relacionados con la fabricación aditiva.
Las empresas deben actuar de manera más responsable y sostenible a través de la transformación ágil, siendo las empresas ecointeligentes las que actúan de manera sostenible combinando el pensamiento a largo plazo con el valor para la sociedad en su conjunto, especialmente en relación con el cambio climático, la conservación de recursos y la preservación del medio ambiente natural.
Para lograr una transformación sostenible y digital, las empresas deben abordar diversos campos de acción: estrategia, liderazgo y gobernanza, experiencia del cliente, productos y servicios, operaciones y cadena de suministro, trabajo y cultura, y plataformas y tecnología.
Cada uno de estos campos puede beneficiarse significativamente de la digitalización para mejorar la sostenibilidad. Por ejemplo, el uso de THD en la gestión de recursos puede optimizar el uso del espacio, agrupar envíos y aumentar la eficiencia del transporte.
La cultura corporativa orientada al diálogo acelera la transformación, surgiendo plataformas que trabajan para crear conciencia sostenible entre sus empleados, lo que se traduce en beneficios tangibles como el ahorro de CO2 mediante el fomento del consumo responsable, la gestión de la movilidad y el empleo de energías renovables.
Finalmente, debe quedar claro que la sostenibilidad no se trata únicamente de cumplir con las regulaciones, sino de aprovechar oportunidades como la digitalización para crear un impacto positivo.
La digitalización permite procesos rápidos, ágiles y escalables que contribuyen al logro de los objetivos ligados a la sostenibilidad, y una mayor transparencia y ecoeficiencia en la producción y el uso de recursos, impulsados por las THD, son esenciales para alcanzar la neutralidad climática y crear valor sostenible a largo plazo.