Hacia unas criptomonedas ecointeligentes

Una de las críticas más extendidas en relación a las criptomonedas es la que apunta a su elevado consumo energético, ligado principalmente a lo que se conoce como prueba de trabajo (proof of work) y que consiste en que se realice algún tipo de trabajo que tenga cierto coste y que puede ser verificado fácilmente por la otra parte.

Ethereum ha lanzado una gran actualización de su plataforma, a la que han denominado The Merge (La Fusión), por lo que se pasa a usar la prueba de participación (proof of stake)

La característica clave de esta estrategia de prueba de trabajo es su asimetría, ya que el trabajo debe ser moderadamente difícil (pero factible) por una parte (cliente), pero fácil de verificar por la otra parte (servidor).

Después del lanzamiento de Bitcoin en 2009 y del surgimiento de las criptomonedas el término se hizo mucho más conocido por su uso para dotar de seguridad a sistemas monetarios peer-to-peer, y su uso generalizado ha dado lugar a las granjas de computación (empleadas por mineros) y un consumo energético inmerso en una espiral creciente.

En este sentido, una de las criptomonedas de referencia, Ethereum, ha lanzado una gran actualización de su plataforma, a la que han denominado The Merge (La Fusión), por lo que se pasa a usar la prueba de participación (proof of stake).

Esta prueba de verificación es una forma de aprobar nuevas transacciones que es capaz de reducir los requisitos de energía de la cadena de bloques (blockchain) en un 99,9% y marcar el inicio de una nueva era logrando un consumo más racional de los recursos, principalmente los energéticos.

Así, se espera que sirva para recuperar la reputación de las criptomonedas y mejorar la eficiencia del enorme ecosistema de empresas y desarrolladores de Ethereum.

Al igual que Bitcoin, Ethereum aprobaba nuevas transacciones en la cadena de bloques con el mecanismo de prueba de trabajo (proof of work), mediante el cual los mineros compiten para resolver problemas matemáticos difíciles utilizando grandes cantidades de potencia computacional y son recompensados por sus esfuerzos en criptomoneda.

Pero, como ya hemos dicho, ese enfoque consume mucha electricidad. Además, planteaba desafíos a la hora de escalar Ethereum: la congestión de la red aumentaba las tarifas y reducía las tasas de procesamiento, volviendo la red demasiado cara para transacciones más pequeñas y difícil de escalar para transacciones más grandes.

Por otro lado, la prueba de participación requiere que los validadores realicen una participación, un depósito de tokens, para tener la oportunidad de acabar elegidos para aprobar transacciones y obtener una pequeña recompensa.

Las monedas virtuales y la sostenibilidad

Cuanto más participa un validador, mayor es la posibilidad de ganar la recompensa, generando intereses todos los ethereum invertidos, lo que convierte la participación en algo parecido a comprar acciones o bonos sin tener gastos computacionales.

La descentralización, la idea de que la toma de decisiones y el control se deben distribuir en lugar de consolidarse en una sola autoridad, siempre ha sido una clave del enfoque de Ethereum.

Pero ese ideal ha sido difícil de lograr con la prueba de trabajo, ya que, aunque el mecanismo estaba pensado para promover la descentralización, en la práctica, las personas o grupos con acceso a una potencia computacional significativa han dominado la minería de prueba de trabajo y han cosechado esos beneficios.

Al reducir los gastos necesarios para la participación y reducir las tarifas a través de las mejoras en la eficiencia, el cambio a la prueba de participación podría ayudar a Ethereum a distribuir las transacciones entre un conjunto más amplio y diverso de validadores y usuarios.

Pero la dinámica del poder sigue siendo una preocupación, ya que la cantidad mínima con la que se puede participar para convertirse en un validador es elevada, aunque las personas se pueden unir en un grupo de participación para cumplir con ese requisito.

No es fácil saber si The Merge con este nuevo mecanismo de consenso estará a la altura de su promesa transformadora

Algunas de las eficiencias del escalado que entusiasman a los partidarios tardarán en estar disponibles en Ethereum, que se irán entregando en actualizaciones hasta bien entrado 2023.

Mientras tanto, pueden pasar muchas cosas, como que el precio del ether, la criptomoneda de Ethereum, podría sufrir una alta volatilidad después de la inestabilidad inicial de la especulación, y otras monedas de prueba de participación como Solana y Polkadot también podrían verse afectadas.

El cambio también podría poner a Ethereum en una zona gris regulatoria, destacando algunos analistas jurídicos que el uso de la prueba de participación pone a las criptomonedas en mayor riesgo de ser clasificadas como un valor no registrado.

Esto se debe a que el hecho de que los validadores trabajen juntos para aprobar transacciones con la expectativa de una recompensa se podría considerar como una empresa común, cuestión que otros expertos dudan de que sea argumento suficiente para que lo persiga la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, según sus siglas en inglés).

Aunque se asegura que The Merge vuelve la red de Ethereum más segura, algunos especialistas han sugerido que ocurre justo lo contrario, advirtiendo a los usuarios que tengan cuidado con los ataques de repetición (replay attacks) en los que los estafadores pueden registrar una transacción en la antigua cadena de Ethereum y repetirla sin permiso en la nueva.

Debido a que las transacciones en la red posteriores a la fusión se deberían parecer más a otras operaciones financieras, las empresas más tradicionales que pueden haberse alejado de estos procesos (debido a su alto consumo de energía) podrían echar un segundo vistazo a Ethereum y los planteamientos basados en prueba de participación.

Si lo hacen, la criptoindustria podría ver un cambio de imagen en su reputación y base de usuarios.

Por otro lado, las empresas emergentes (startups) relacionadas con la minería cripto, que como se deduce han sido excluidos de Ethereum, probablemente tendrán que cambiar o centrarse en Bitcoin y otras redes basadas en pruebas de trabajo.

Algunos defensores de Ethereum v.1 planean quedarse con Ethereum de prueba de trabajo, mediante bifurcaciones (forks) de la red, dividiendo el código para preservar una cadena separada, como ya se hizo anteriormente en Ethereum en 2016.

No es probable que eso tenga un gran impacto en el ecosistema a menos que las grandes plataformas lo reconozcan, ya que OpenSea, el mayor mercado de NFT, ha afirmado que solo admitirá el nuevo Ethereum de prueba de participación.

Independientemente de lo que suceda, el cambio de Ethereum hacia prácticas ecointeligentes inyecta un impulso de entusiasmo y nuevas posibilidades técnicas en una industria frecuentemente afectada por los constantes informes de fraude e investigaciones jurídicas, alta volatilidad de los tokens y máxima exposición pública con celebridades (algunas de ellas cuestionables y polémicas).

Finalmente, queremos resaltar la importancia de que uno de los principales exponentes de las criptomonedas haya invertido tiempo y dinero, y se la haya jugado, a la hora de en sentar las bases para un ecosistema menos destructivo y más ecoeficiente.

Este avance puede ser un punto de inflexión para transformar la industria Web3, que está recibiendo una inversión constante de capital de riesgo y podría encontrar un nuevo impulso sostenible animado por una percepción pública cada vez más sensible a estas cuestiones.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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