Confirmado: 2023 es el año más cálido

El año 2023 ha marcado un punto de inflexión en nuestra comprensión y experiencia del cambio climático. El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) ha confirmado lo que ya era un secreto a voces: estamos viviendo en el año más cálido desde que se tienen registros.

Este dato no es solo una estadística alarmante, sino que representa un símbolo de las transformaciones profundas que está experimentando nuestro Planeta. Este año no solo se ha destacado por romper el récord de temperatura, sino que también ha sido testigo de una serie de eventos y condiciones que reflejan la aceleración del cambio climático.

Los datos climáticos, acompañados de adjetivos como históricos o frases como desde que hay registros, han pintado un cuadro inquietante de la trayectoria que estamos siguiendo. La temperatura media global de 14,98º C, aunque solamente una décima más alta que el récord anterior establecido en 2016, es una indicación clara de que el Planeta se está calentando a un ritmo sin precedentes.

Es importante entender el contexto de estas temperaturas. No estamos hablando únicamente de un año cálido en un sentido abstracto, sino de un año en el que cada día ha superado en 1 grado la temperatura del periodo preindustrial. Esta comparación con el periodo preindustrial es crítica, ya que es el marco de referencia utilizado por la comunidad científica para medir el cambio climático.

El Acuerdo de París, un hito en la lucha global contra el cambio climático, establece como objetivo no superar el incremento de 1,5 º sobre las temperaturas preindustriales. Sin embargo, los datos de Copernicus muestran que estamos peligrosamente cerca de cruzar esa frontera.

La situación se complica aún más cuando consideramos que cerca del 50% de los días de 2023 superaron este umbral de 1,5º, y en algunos días de noviembre, la temperatura mundial incluso superó los 2 grados. Estas cifras son más que números: son una llamada de atención sobre la urgencia de actuar frente al cambio climático.

Al analizar las causas detrás de este aumento de temperatura, nos encontramos con un panorama complejo. El fenómeno de El Niño ha jugado un papel significativo en el incremento de las temperaturas del aire durante 2023. Este patrón de variabilidad climática, conocido también como Oscilación del Sur, alterna entre condiciones más frías (La Niña) y más cálidas (El Niño) en el océano Pacífico.

Sin embargo, no podemos atribuir el aumento de temperatura únicamente a factores naturales como El Niño. El impacto humano, particularmente a través de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), es un factor predominante y preocupante.

Las concentraciones de dióxido de carbono y metano en la atmósfera han alcanzado niveles récord en 2023, según el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS). Estos gases, que atrapan el calor en la atmósfera, son los principales contribuyentes al efecto invernadero y al calentamiento global.

La tasa de incremento de estas concentraciones es una clara indicación de que, a pesar de los crecientes esfuerzos por mitigar el cambio climático, aún estamos lejos de alcanzar los objetivos necesarios para estabilizar el clima del Planeta.

Además, es crucial reconocer que el cambio climático no solo implica un aumento en las temperaturas medias globales. También conlleva una serie de efectos secundarios y eventos extremos que alteran los patrones climáticos habituales. Estamos presenciando un aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos como huracanes, inundaciones, olas de calor y grandes incendios forestales.

Los eventos climáticos extremos no son sólo desastres aislados, sino que son manifestaciones de un sistema climático que se está desequilibrando rápidamente

Uno de los cambios más notables y preocupantes es el calentamiento del Ártico, que está ocurriendo 4 veces más rápido que en el resto del mundo. Este fenómeno tiene efectos profundos en la dinámica climática global. El debilitamiento del vórtice polar ártico y la desaceleración de la corriente en chorro, una corriente de aire a la altura de la estratosfera, son consecuencias directas de este calentamiento.

Estos cambios están llevando a una corriente en chorro más débil y ondulante, que a su vez causa eventos climáticos extremos más frecuentes y severos tanto en verano como en invierno.

El calentamiento global está también alterando los ciclos naturales y los patrones de la vida silvestre. La floración de los cultivos, la migración de las aves, el comportamiento de los insectos y la madurez de los cultivos están cambiando, lo que indica que los ciclos naturales están siendo perturbados.

Este desajuste en los ciclos naturales tiene implicaciones profundas para la biodiversidad y los ecosistemas, así como para la agricultura y la seguridad alimentaria

Ante este escenario, es crucial que tomemos medidas decididas para combatir el cambio climático. Esto implica reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), aumentar la eficiencia energética, fomentar el uso de energías renovables y desarrollar políticas de adaptación y mitigación más robustas.

La acción climática no es sólo una responsabilidad de los gobiernos y las grandes corporaciones, también requiere el compromiso y la participación activa de cada uno de nosotros.

Desde cambios hacia hábitos de consumo responsable hasta la promoción de prácticas sostenibles en nuestras comunidades, todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra el cambio climático.

En resumen, el año 2023 nos ha proporcionado una evidencia clara y contundente de que el cambio climático es una realidad que no podemos ignorar. Las temperaturas récord, los patrones climáticos alterados y los eventos extremos son un recordatorio de que estamos en un momento crítico en la historia de nuestro Planeta.

La necesidad de una acción climática urgente y efectiva nunca ha sido más apremiante. Como sociedad, debemos unirnos para abordar este desafío global y trabajar hacia un futuro más sostenible y resiliente.