Redefiniendo la prosperidad: el rol crucial de la economía circular

En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, el crecimiento exponencial del consumo de recursos naturales y la generación de residuos han puesto de manifiesto la falta de sostenibilidad del adictivo modelo lineal imperante.

Una nueva prosperidad viene de la mano de la economía circular, que nos ofrece una oportunidad para avanzar hacia un estilo de vida sostenible

Este modelo económico, basado en fabricar-usar-tirar, nos ha llevado a una explotación desmedida de los recursos naturales y a la acumulación de residuos en cantidades alarmantes.

Así, la economía circular, más que una tendencia emergente, se presenta como una necesidad imperiosa para garantizar la sostenibilidad del Planeta y el bienestar de las futuras generaciones.

El aumento del uso de recursos y la generación de residuos a nivel global es un tema que ha generado preocupación en múltiples sectores. En Europa, por ejemplo, el consumo de recursos ha alcanzado niveles insostenibles.

Según datos de Eurostat, la extracción de materiales en la Unión Europea (UE) alcanzó los 6.000 millones de toneladas en 2019, y la generación de residuos superó los 2.500 millones de toneladas. Esta situación refleja claramente la necesidad de adoptar un enfoque diferente y más sostenible.

El presidente francés, Emmanuel Macron, en su discurso sobre el fin de la era de la abundancia, subrayó la importancia de repensar nuestro modelo económico. Esta declaración no sólo es una reflexión sobre la situación actual, sino también una llamada a la acción.

La era de la abundancia, caracterizada por un consumo desenfrenado y la creencia en recursos inagotables, ha llegado a su fin. Nos enfrentamos a un futuro en el que la escasez de recursos y la degradación ambiental serán desafíos constantes. Sin embargo, esta realidad no debe verse como una limitación, sino como una oportunidad para innovar y desarrollar nuevos modelos de producción y consumo.

La economía circular propone un cambio de paradigma en la forma en que interactuamos con los recursos y los productos. En lugar de seguir el modelo lineal de fabrica-usar-tirar, la economía circular promueve un sistema regenerativo y restaurativo por diseño.

Esto implica mantener los productos, materiales y recursos en uso durante el mayor tiempo posible, extrayendo el máximo valor de ellos mientras están en uso, y luego recuperando y regenerando productos y materiales al final de su vida útil. Este enfoque no sólo reduce la presión sobre los recursos naturales, sino que también disminuye la generación de residuos y las emisiones de carbono.

Es importante destacar que el cambio hacia una economía circular no es algo que pueda lograrse de la noche a la mañana, pues requiere un esfuerzo concertado de todas las partes involucradas, incluyendo gobiernos, empresas y ciudadanos.

No podemos esperar que la economía cambie por sí sola, ni que alguien más haga el trabajo por nosotros. Debemos interiorizar de una vez que el cambio debe ser individual e interno, comenzando por nosotros mismos, y asumir que cada uno de nosotros tiene un papel crucial que desempeñar en este proceso de transformación sostenible.

Para ilustrar la necesidad de este cambio, consideremos algunos datos adicionales a nivel europeo. En 2018, la UE importó aproximadamente 3.000 millones de toneladas de materiales, mientras que exportó alrededor de 2.000 millones de toneladas. Esta balanza comercial de materiales pone de manifiesto la dependencia de la UE de recursos externos, lo que pone de manifiesto su conocida y patente vulnerabilidad económica y ambiental.

A esto hay que sumar que la tasa de reciclaje de residuos en la UE se sitúa en torno al 55%, lo que significa que casi la mitad de los residuos generados no se reciclan y terminan en vertederos o incineradores, contribuyendo a la contaminación del suelo, el aire y el agua.

Considerando que el reciclaje es una parte de lo que se conoce como jerarquía multierre, es evidente que nos queda mucho esfuerzo por realizar para encarar la nueva prosperidad

Frente a esta situación, la adopción de prácticas de economía circular puede ofrecer múltiples beneficios

  1. Reducir la dependencia de la UE de recursos externos, promoviendo la reutilización y el reciclaje de materiales dentro de sus fronteras.
  2. Disminuir la generación de residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático.
  3. Crear nuevas oportunidades económicas y de empleo en sectores relacionados con la reparación, el reciclaje y la innovación tecnológica.

El cambio hacia una economía circular también requiere un marco regulatorio adecuado que incentive y apoye la transición y, en este sentido, la UE ha dado pasos importantes en esta dirección con estrategias y planes que establecen una serie de medidas para promover la sostenibilidad en diversos sectores, desde el diseño de productos hasta la gestión de residuos.

Sin embargo, la implementación efectiva de estas medidas depende de la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados.

Además del apoyo gubernamental, las empresas juegan un papel clave en la transición hacia una economía circular, iniciada ya por muchas compañías que están adoptando prácticas sostenibles y desarrollando productos sobre la base del diseño circular y sostenible.

Estas empresas no sólo están contribuyendo a la sostenibilidad del Planeta, sino que también están obteniendo beneficios económicos al reducir sus costes de producción y mejorar su reputación entre los consumidores cada vez más conscientes de que su estilo de vida debe ser sostenible.

A nivel individual, todos podemos contribuir al cambio adoptando hábitos de consumo más sostenibles, lo que incluye comprar productos duraderos y de alta calidad, reparar en lugar de reemplazar, y reciclar adecuadamente los residuos.

También podemos apoyar como consumidores a las empresas que practican la economía circular y abogar por políticas que promuevan la sostenibilidad.

La transición hacia una economía circular no implica necesariamente sacrificios ni una detención del progreso, si no que, al contrario, ofrece una oportunidad para avanzar hacia esa nueva prosperidad.

Contamos con los recursos humanos, materiales, económicos y tecnológicos para abordar los grandes desafíos que enfrentamos como humanidad, siendo la innovación y el conocimiento herramientas que nos permitan desarrollar soluciones ecointeligentes para transformar positivamente nuestra economía y sociedad.

En conclusión, la economía circular es más que una tendencia, es una necesidad imperiosa para garantizar la sostenibilidad del Planeta y el bienestar de las futuras generaciones, ya que con el aumento del uso de recursos y la generación de residuos a nivel global, se hace evidente la importancia de adoptar un enfoque circular.

No podemos esperar que la economía cambie sola ni que alguien más haga el trabajo por nosotros. El cambio debe comenzar por nosotros mismos. Teniendo presente que es posible, con esfuerzo y sin detener el progreso.

Contamos con las herramientas y el conocimiento para transformar el fin de la abundancia en una nueva prosperidad, en la que la economía circular nos ofrece una hoja de ruta hacia un futuro más sostenible, equitativo y próspero para todos.

Ricardo Estévez

Mi verbo favorito es avanzar. Referente en usos innovadores de TIC + Marketing. Bulldozer sostenible y fundador de ecointeligencia

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