Los efectos externos negativos descompensados surgen cuando las cosas son realmente escasas o limitadas pero las valoramos como si fueran abundantes o ilimitadas, pueden ocurrir efectos negativos. Si ponemos el caso del calentamiento global sabemos que el coste de poner toneladas de carbono en la atmósfera es que las temperaturas subirán provocando toda clase de consecuencias negativas. Pero habíamos valorado la emisión de CO2 a la atmósfera como si no tuviera consecuencias, que es como decir que no le dimos ningún valor. Dicho de otra forma, el coste medioambiental del carbono era externo a nuestro sistema económico y, como se ha demostrado, negativo. Los esfuerzos actuales por imponer tasas, restricciones y otros límites al CO2 son intentos de compensar los costes haciéndolos internos a nuestro sistema económico.